XVIII -Diallelo (διαλελος)

30 4 0
                                    

El silencio del mayor estaba matando lentamente a Jungkook.
Odiaba verlo de esa forma; cabizbajo, apagado, decaído...

Acababa de ponerse el pijama que Jungkook le había prestado; un pantalón de chándal y una camiseta blanca de manga corta que le quedaba holgada. Y, ahora, se distraía mirando el trozo de cielo que se apreciaba por la ventana del cuarto del castaño mientras se apoyaba contra la pared.

El maknae no llegó a terminar de cambiarse cuando algo tiró de él al no aguantar más los suspiros que, de vez en cuando, se escapaban de sus gruesos labios, haciéndole ver triste y apagado.

-Minnie, vamos a dormir, ¿Sí?

El rubio se giró hacia él, mirándole con una expresión tan afligida que su corazón se contrajo. Asintió tras unos segundos de incertidumbre y caminó directamente hasta la cama, sin ni siquiera apartar las sábanas bajo él.

-Todo va a salir bien. -Dijo, intentando tranquilizarlo.

Eso hizo que rodase por el colchón hasta encararle y, por fin, se atreviese a volver a hablar tras una hora de completo silencio, lo cual estaba siendo una tortura para ambos.

-¿Cómo estás tan seguro? No puedes asegurar lo que va a pasar. -Respondió con la misma mirada vacía.

-No, tienes razón pero sí puedo asegurarte que no va a volver a sucederte nada, Jimin. Y, menos por ese hijo de puta.

Sus ojos se juntaron y, los latidos acelerados de Jimin parecieron cambiar de autor por un momento.

-¿Cómo estás tan seguro? -Reiteró.

-Porque, si hace falta, estaré pegado a ti como una lapa. -Susurró en su oído y Jimin no pudo evitar soltar una pequeña carcajada que inundó sus pulmones de aire y sus mejillas de color.

-¿Para protegerme? -Cuestionó, elevando una ceja.

-No creo que lo necesites pero, si es lo que deseas, sí.

Sin ser capaz de responder, el rubio se mantuvo observando sus ojos en la penumbra del cuarto, donde, tumbados en la cama, Jungkook se atrevió a colocar su mano sobre su cadera mientras acariciaba sutilmente con su pulgar bajo la camiseta del rubio, la cual estaba unos centímetros subida, mostrando parte de su abdomen.

Por su parte, Jimin acercó su cabeza a la del contrario, dejando que su nariz rozase con la otra mientras sus miradas no se despegaban nada más que para buscar con sus ojos los labios contrarios, deseando probarlos una vez más.

-¿Nunca has sentido que otro chico te atrayese de alguna forma? -Cuestionó, queriendo cambiar de tema, sin poder dejar de pensar en cómo su corazón, de un día para otro, había comenzado a volverse loco en su presencia, pidiendo que sus manos tocasen su cuerpo y su boca se apoderase de sus labios mientras, en su estómago, un ardor comenzaba a explotar pidiéndole aún más cercanía.

-No, nunca había pensado en otro hombre como algo sexual. -Contestó antes de pensar en cómo su mano se aferraba a su cintura, deseando que no se alejara ni un centímetro más. -Quiero decir, nunca pensé que me pudiera atraer ningún hombre.

-O sea, que nunca te has planteado tu sexualidad.

-No es algo por lo que me haya preocupado.

-Si lo pensases por un momento... ¿Te atraen o no? -Insistió, acercándose un poco más a su boca, comprobando que su agarre se cernía sobre su cadera y su respiración se agitaba de a poco.

No quería hacer el idiota y, para eso, debía asegurarse de que la heterosexualidad de su amigo no fuera tan cierta.
Aunque, tras los diversos besos que le había dado, ya debía haberle quedado claro, al igual que nunca le hubiese importado lo que pensaran los demás sobre él y sus relaciones, hasta el punto de que, incluso, jugara con ello, fingiendo estar con él.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora