X -Kairós (καιρός) (I)

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Navidad.

Ese momento entrañable en el que toda la familia se reúne para sentir el calor del amor y el cariño de los más cercanos bajo la suave nevada de diciembre mientras cantan villancicos junto al árbol y la chimenea.

O eso quiso hacer creer las películas americanas donde todo es bonito y perfecto siempre y cuando se esté rodeado de la familia, por muy mal que se hayan llevado el resto del año.

Jungkook deseaba estar en cualquier otro lado en vez de ahí.

Toda la casa estaba adornada como si fuera un anuncio pero, lo peor fue cuando llamaron al timbre y su padrastro se acercó a él.

-Abre la puerta y finge tu mejor sonrisa.

Confundido, lo hizo.
Creía que se encontraría a cualquiera de sus compañeros de trabajo pero, la figura de su hermano esperando bajo la fina nieve le dejó petrificado.

-¡Jungkookie! -Gritó, emocionado por volver a ver a su hermano pequeño.

Sin embargo, su sonrisa se borró de sus labios cuando vio que este no reaccionaba con la misma alegría que él.

-Junghyun-hyung. ¿Qué haces tú aquí? -Cuestionó con dureza.

-Me dieron libre y le dije a mamá que vendría a veros para conocer a la nueva familia y pasar algo de tiempo con mi hermanito. ¿No te alegras de verme?

Su tono de voz apesadumbrado logró despertar algo en él, por poco que fuese, así que, dejó la dureza de su mirada a un lado y se apartó de la puerta, dejándole pasar, ofreciéndole el pequeño abrazo que el mayor pedía.

-¡Hijo! -Llamó con fingida emoción su madre mientras lo abrazaba. -Cuanto tiempo.

Tal vez él se lo creyera pero Jungkook había descubierto su verdadero ser y conocía cuando mentía.

-Definitivamente, más del que debería.

Los observaba con desagrado, manteniéndose al margen.

-Al fin mi familia al completo. -Jungkook frunció el ceño hacia ella, quien le miró con ojos amenazantes. -Vamos a cenar, ya está todo preparado.

Desde luego, si querían impresionarle, lo habían logrado. Era la primera vez que en esa casa había comida caliente preparada por su madre desde que se habían mudado.

-Claro. -Dejó adelantarse a su madre y se situó junto a su hermano menor. -Has crecido mucho, enano. -Pero también se dio cuenta de que entre ellos nada parecía ser igual. Jungkook parecía adisgusto y, sobretodo, cabreado y se preguntó qué había hecho para que estuviese así con él. -¿Qué tal por aquí? Dejaste de escribirme hace tiempo y apenas respondes los mensajes.

-Estoy ocupado. Ya sabes, los estudios y eso. -Mintió, caminando hacia la mesa, dejándolo tras él.

Su hermano se dio cuenta de que le rehuía cada vez que se acercaba a él y, cuando le preguntaba, sonaba distante pero nada parecido a cómo se había vuelto con su madre y, ni mucho menos, con los otros dos nuevos miembros, así que, pensó en que algo no iba del todo bien pero no podía decirlo como si nada, así que, intentó ser cordial, como de costumbre e intentaría hablar a solas con su hermano cuando tuviese oportunidad.

Apenas habló en la cena y, cuando se sentaron en el sofá para abrir los regalos, Jungkook fue el único en mantenerse sentado en la mesa, ya recogida, lo suficientemente apartado de ellos, a pesar de la dura mirada de su padrastro.

-Kookie. -Jungkook escuchó de su madre el apodo cariñoso que Jimin y, a veces, los demás, usaban con él y su vista se nubló de la rabia y el rencor.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora