IX -Kalos (καλὸς)

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Entró como una exhalación a la sala, tirando su mochila contra la pared más cercana y dejando que la puerta se cerrase de un portazo detrás de él.

-¡Tú! -Exclamó al encontrar a quien buscaba sentado sobre una mesa al otro lado del aula. -¡Maldito traidor! -Seguía gritando mientras se acercaba de forma amenazadora hacia él. -¿Qué coño ha sido eso? Coges y me besas frente a toda la escuela y, luego, ¿Te vas? Me has dejado ahí en medio, solo, entre las miradas acusatorias de la gente y las preguntas incesantes de nuestros amigos y... Y... ¡Ni siquiera tenía una respuesta para darles!

-Cálmate, Jiminie. -Río Jungkook. -No ha sido para tanto.

-¡Oh! ¡Claro! No ha sido para tanto. -Rodó los ojos y golpeó la pierna del menor al quedar frente a él. -¡Para ti no lo fue porque te has largado dejándome ahí solo! -Acusó.

-Solo ha sido un besito. No ha sido nada que el otro día no hiciésemos. Es más, lo de hoy no ha sido nada comparado.

-Ya pero, ¡El otro día yo tenía constancia de lo que hacíamos y habíamos bebido! -Rodó los ojos y se dio la vuelta para alejarse. -Idiota. -Masculló entre dientes.

Antes de que se alejase, Jungkook le sujetó del brazo y tiró de él para que quedase entre sus piernas mientras él se apoyaba con sus brazos en el borde de la mesa.

-¡Vamos! Perdón, ¿Sí? No pensé que fuera a molestarte. Solo estaba... Jugando.

Ante el tono dulce e inocente del menor, el rubio se ablandó y suspiró, mirándole a los ojos.

-No me ha molestado pero, si vas a volver a hacer una cosa así, por lo menos avísame para que pueda reírme yo también y no me tome de sorpresa frente a todos.

-¿Eso quiere decir que te has planteado que haya una próxima vez? -Preguntó con sorna y una sonrisa ladeada.

-No. -Dijo alargando la vocal. -Eso quiere decir que, si hay una próxima vez sin yo saberlo, tal vez, y solo tal vez, puede que te lleves un guantazo sin querer. -Amenazó con tono burlesco antes de alejarse de él y romper ambos en una carcajada.

-Lo he pillado. -Dijo, alzando ambos brazos en son de paz.

Jimin tomó asiento en una de las viejas sillas a un par de pasos de Jungkook, ambos completamente en silencio.
El rubio negaba con la cabeza al ver lo despreocupado que estaba el menor ante la situación que había forzado mientras se miraban aún conteniendo la risa.

-¿Y ahora qué? Ya no me van a permitir entrar en clase.

-Bueno, tú querías saltártela. -Respondió, extendiéndole una manzana y un sándwich que había comprado para él.

-Sí pero para no sentir la mirada de mis compañeros ni escuchar sus cuchicheos sobre mí. -Contestó, aceptando el almuerzo, agradecido por su gesto al comprarle algo de comer. -Ahora va a ser peor porque, cuando me vean, solo hablarán de ese beso en medio del pasillo que solo a ti se te ocurriría darme y no contentos con eso, se enterarán de que ambos hemos faltado a clases y los rumores correrán como una gran bola, haciéndose cada vez más grandes.

-¡Tenías razón! -Gritó derepente, al abrir la puerta, Taehyung. -Están los dos aquí.

Y antes de que parpadeasen sorprendidos, sus cinco amigos habían ingresado al salón, cerrando tras ellos para no ser descubiertos.

-Mira el lado bueno. -Le dijo el castaño. -Ahora no pueden decir que estabas a solas conmigo.

Y, tras soltar una risa inocente al ver la cara de su hyung, este le fulminó con la mirada antes de ignorarle e irse con un Hobi realmente exaltado y eufórico que tiraba de su mano con fuerza para encararle.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora