XI -Kairós (καιρός) (II)

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Jimin asintió varias veces antes de cerrar los ojos con fuerza y llevar sus manos a su cuerpo, dejando que este pasase su otro brazo por sus hombros. Sujetó su espalda con una mano y, con la otra, agarró fuertemente su camiseta en un puño, intentando controlar sus pensamientos mientras se mordía el labio inferior con fuerza.

Cuando se dio cuenta, abrió los ojos con temor para ver que ya estaba dentro del apartamento de Yoongi y habían dejado a Jungkook sobre la cama.

Se alejó un par de pasos, apoyándose en la pared del otro extremo, y lo observó atentamente, aún con su corazón apunto de estallar.

Era la segunda vez que tocó a alguien que no fuera Hoseok en cinco años y su mente no dejaba de divagar en eso. Tal vez, solo fue capaz porque estaba malherido y débil y no lo veía como una amenaza en ese momento pero lo hizo, y era lo que contaba.

Yoongi terminó de curar sus heridas superficiales cuando se sentó en el suelo frente al maknae.

-Idiota. -Refunfuñó entre dientes mirándole con el ceño fruncido.

-Hyung...

-¿Se puede saber que hacías solo, a estas horas por aquí? -Demandó. -Y, encima, ¡Te metes en una pelea! ¿No te he enseñado nada?

-Lo siento.

-Sí, lo sientes.

-¿Por qué no respondías los mensajes?

Yoongi frunció el ceño y sacó su móvil, observando los mensajes que no había visto.

-Estaba trabajando y por eso estaba en silencio. Es más, ya debería estar volviendo. -Dijo al observar la hora en su móvil.

-Está bien, hyung, Jimin se quedará conmigo. -Dijo, juntando su mirada con la de él, incentivándole a aceptar.

Su labio dolía, por lo que, intentaba no moverlo demasiado.

-No sé si es buena idea, Jimin...

-Yoonie. -Yoongi se giró para enfrentarle. -Yo me quedo con él. -Dijo, convencido.

El mayor asintió en silencio, levantándose para recoger sus cosas y salir del apartamento.

-Cualquier cosa, llámame.

Tras su asentimiento, se marchó, dejando a ambos jóvenes solos en su casa.
Ahora estaría toda la noche dándole vueltas a cómo estarían esos dos solos pero no podía faltar al trabajo si quería poder pagar el apartamento ese mes. Así que, confiaría en ambos.

El menor comenzaba a cerrar los ojos gracias a los analgésicos y al relajante muscular que Yoongi le había suministrado para que pasara mejor la noche y, sin saber qué decir, Jimin se mantuvo en el mismo rincón, acurrucado, sin apartar sus ojos de él, cuidando de que no sufriera por las heridas.

Aun así, el pánico que había sentido al ver al menor en esas circunstancias y el estrés por tener que tocarle, le estaba causando estragos alrededor de las tres de la mañana, y así, sin poder evitar el cansancio que sus ojos ya sentían tras haber dejado varias lágrimas caer en el proceso, Jimin se rindió al sueño, durmiéndose apoyado en sus rodillas.

Por eso, cuando abrió los ojos, cegándose con la tenue luz que habían dejado encendida, sus huesos y músculos dolían por la extraña posición en la que se despertó, tumbado en el suelo.

Una vez se irguió, se dio cuenta de que todavía era de noche y de que se había despertado por los débiles gemidos que el menor había comenzado a soltar.

Rápidamente, se levantó y se acercó a él, buscando la causa del dolor pero seguía con los ojos cerrados, durmiendo superficialmente.

-¡Jungkook! -Llamó, preocupado por sus lastimeros gemidos. -Kookie...

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora