XVII -Adikia (Ἀδικία)

28 4 0
                                    

Su espalda chocó contra la colchoneta que cubría el suelo una vez que el palo cayó de sus manos por segunda vez consecutiva.

Con una sonrisa superior, el rubio se burló de él al ver que estaba demasiado desconcentrado como para entrenar. Así que, se dio por vencido y, en vez de recoger el arma, se abalanzó contra el mayor haciendo que ambos rodasen por el suelo hasta posicionarse sobre él y arrebatarle de nuevo otro beso de sus carnosos labios.

Esa tarde se había convertido en su perdición y ninguno podía controlar sus impulsos.
Jungkook no había ideado hacerse con sus labios en esa maniobra, sin embargo, una vez aprisionado bajo él, le fue imposible no hacerlo de nuevo. Más cuando Jimin no se quejaba y seguía el movimiento de sus labios con soltura.

Tener todo el gimnasio solo para ellos resultaba una gran ventaja, pues no tenían que cohibirse porque alguien fuera a verles. Es más, sus mentes estaban tan nubladas por el deseo que agradecía que no hubiera nadie, ya que no sabían si serían capaces de comportarse frente a alguien.

Para cuando quisieron darse cuenta, la noche había caído pero las calles seguían llenas de gente que caminaba de aquí para allá, algunas con prisa y otras, simplemente, disfrutando de un paseo.

Habían conseguido separarse y centrarse para entrenar varias horas atrás y, ahora, se mantenían en silencio.
El único sonido que llenaba el ambiente era el resonar de los pasos y las voces ajenas hablando entre ellos.
Aún así, no era un silencio incómodo.

No podían definir cómo se sentían pero, definitivamente, incómodos no era la palabra.

Tras un largo rato de besos apasionados y caricias ansiosas, se habían pasado el día hablando sin resaltar el hecho de que acababan de liarse, reconfortándose entre sí y robándose algún que otro beso deseoso antes de practicar otro rato, esta vez, con el bō, intentando dejar de lado ese nuevo deseo que les había empezado a corroer. Algo que no fue para nada sencillo.

Sabían que, lo que había sucedido entre ellos, está vez no era una escena fingida ni una broma entre amigos. Era algo real que ambos habían sentido correcto en ese momento y de lo que ninguno se arrepentía, lo cual, ahora los tenía algo nerviosos.
Tal vez, se sentían inseguros al respecto por lo que habían comenzado a sentir. Esa atracción era tan fuerte que llevaba días tirando de ellos y, aunque les asustara un poco, sabían que la química que tenían desde el minuto uno no había sido por nada.

Aunque lo que había pasado se quedara solo en eso, su amistad seguiría funcionando porque así lo deseaban, por eso la incomodidad no era algo que les perturbara.

-Me he acordado de que aún tengo cosas en la casa de mi madre y me gustaría pasar a recogerlas para no tener nada más que ver con ellos. -Dijo Jungkook, rompiendo el silencio mientras seguía caminando bajo la cálida noche de primavera.

-¿Ahora? -El menor asintió. -Pero estarán en la casa, ¿No? -Cuestionó con preocupación, a sabiendas de lo que eran capaces de hacer.

-Sí pero me da igual. Cuanto antes mejor. -Respondió sin pensárselo dos veces.

-Oye, ¿Y qué va a pasar con la escuela? ¿Seguirán pagándotela?

Jimin había frenado de golpe al pensar en la posibilidad de que ya no pagasen su educación al haberse ido y, al trabajar ocasionalmente, tal vez intentaran no tener que hacerse cargo del menor por ello.

Jungkook paró junto a él.

-No te preocupes, seguirán haciéndolo. -Le tranquilizó con una sonrisa que Jimin pudo notar fingida, sin embargo, decidió dejarlo pasar.

Ya indagaría más adelante. Ahora debía asegurarse de que Jungkook llegase bien al apartamento que compartía con Yoongi.

Sin embargo, el castaño sabía que no le había dicho la verdad y odiaba mentirle, pues ya había tenido problemas de pago en la escuela y sabía que no seguirían pagando más y, menos, después de haber golpeado esa mañana a Seiji.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora