VI -Oikogéneia (οικογένεια) (I)

24 4 0
                                    

El cielo ya oscurecía cuando Jungkook decidió afrontar la situación y volver a su casa, no sin antes asegurarse de que Jimin subía al autobús sano y salvo, el cual le dejaría en la puerta de la casa de sus abuelos, prometiendo hablarle una vez aclarase todo con su padre.

El castaño caminó por las calles acariciando su mano, algo magullada, imaginando todas las posibilidades de porqué su padre les había dejado de lado durante dos años sin que ninguna de las opciones le pareciera suficiente excusa pero, intentó mantener la mente abierta para escuchar sus explicaciones antes de opinar.

Estaba satisfecho con lo que habían hecho y decidió pensar en ello para afrontar la situación.

Al llegar, utilizó el juego de llaves que su hermano le había proporcionado esa misma mañana antes de salir a comer.
Abrió la puerta y la cerró una vez dentro, quitándose los zapatos para ponerse los de andar por casa.

Todo estaba en silencio pero se dio cuenta de que debían haberse callado al escuchar la puerta de la entrada cerrarse porque la luz de la sala estaba encendida.

Cerró los ojos y, tras respirar profundamente un par de veces, caminó hasta allí, viendo a su padre sentado en la mesa con su mirada fija en él. Su hermano, sin embargo, estaba frente a él, de espaldas a la ventana dirigiendo su mirada también hacia él.

-Hola. -Saludó algo avergonzado.

-Hola, hijo.

Todo el cuerpo de su padre inspiraba cansancio y temor mientras le saludaba en lo que, el de su hermano, inspiraba tristeza sin ni siquiera dedicarle un saludo. Eso hizo que dejase de lado su orgullo para dar un paso al frente, dispuesto a llevar la conversación de adultos que debían haberle ofrecido hace mucho y que él debía haber aceptado en su momento.

-¿Qué te ha pasado? -Preguntó su hermano mirando en dirección a su brazo pero no era el momento, así que le dio a entender que ya hablarían antes de girarse hacia su padre.

-Creo que deberíamos hablar. -Propuso.

El señor Jeon le miró con una mueca de sorpresa antes de que sus ojos comenzaran a brillar con esperanza.

-Claro. -Asintió varias veces, palpando el sitio frente a él en la mesa. -Ven aquí.

Jungkook obedeció y, al sentarse, su vista se desvió desde los ojos esperanzadores de su padre hasta los insistentes de su hermano.

-¿Por qué nos dejaste? -Preguntó, con su voz más quebrada de lo que había planeado, una vez volvió a enfrentar la mirada de su padre.

Junghyun asintió hacia su padre para que comenzara.

-Verás, hijo, para que lo entiendas, deberé empezar por el principio pero es una larga historia. -Jungkook asintió seriamente, acomodándose en su silla para la incómoda conversación que se avecinaba. No le importaba cuánto tardara en explicarlo, quería la verdad. -Vuestra madre y yo nos conocimos en un bar donde solía ir con colegas del trabajo. Al principio, ella salía con uno de mis compañeros. Él era un buen amigo pero, en el trabajo, debía seguir mis órdenes, puesto que yo era su superior directo y, eso, sumado a que, con el tiempo, parecía que ella y yo nos gustamos y acabó con él para empezar a conocernos, no le sentó muy bien, así que, nuestra amistad quedó relegada a compañeros. -Comenzó a contar desde el inicio de su relación con ella, aumentando la curiosidad de su hijo. -Tan solo un mes después, ella supo que estaba embarazada de tu hermano y decidimos casarnos sin ver más allá de la creciente atracción que sentíamos en ese momento. O, al menos, eso es lo que pensé yo pero, las cosas no fueron muy bien. -Sus ojos cruzaron con los de sus hijos, tristemente. -Como sabréis, vuestra abuela nunca aceptó a vuestra madre. No le gustaba y siempre decía que acabaría con mi vida, así que, acabé alejándome de ella y, por ende, de vuestro abuelo. Estuve varios años sin hablarles hasta que, entendí que nunca se equivocó, por suerte no fue demasiado tarde para arrepentirme.
Volviendo atrás, tras tener a Junghyun, nuestra relación se enfrió y yo creía que era por el disgusto de no contentar a mi madre. Tanto, que ella se fue una temporada con sus padres pero, a los dos meses volvió disculpándose por no haber sido una buena esposa y una buena madre. Me dijo que tuvo depresión post-parto, que no supo cómo afrontarlo en su momento y mucho menos decírmelo para que le ayudara y yo le creí. Así que, estuve solo, con un hijo y un trabajo que debía mantener. Por suerte, en ese entonces aún tenía buenos amigos que me ayudaron.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora