VII -Armonía (ἁρμονία)

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A la mañana siguiente, Jungkook fue el primero en despertar.

La luz del sol ya entraba con fuerza por la ventana, la cual se quedó abierta, así que, fue fácil divisar al chico que dormía entre sus brazos, pegado a su cuerpo, todavía entumecido por el cansancio.

Tras la pasada conversación de la noche anterior, se dio el lujo de contemplar a Jimin plácidamente dormido con su cabeza hundida en su pecho.

Su respiración tranquila contrastaba con la imagen que tuvo del día anterior y se alegró de poder tenerlo de esa manera junto a él.

Sin despertarle, consiguió apartarse con cuidado y levantarse, tapándolo de nuevo para no interrumpir su sueño.

Se desperezó con un gran bostezo y, cuando abrió los ojos, su mirada se fijó en el caballete que portaba un lienzo en blanco desde hace meses, al fondo de la habitación, pegado a la pequeña ventana.
Su mente había estado bloqueada por un tiempo pero, en ese momento, sintió la necesidad de coger el pincel y no se lo pensó dos veces. Miró la hora y, al ver que aún era temprano, se puso manos a la obra, dejando a Jimin dormir.

Últimamente, el tiempo había comenzado a ser más cálido, trayendo consigo la temporada de mangas finas y, para los más atrevidos, las cortas. Sin embargo, ese día había vuelto con nubes oscuras y fuertes vientos, avecinando una tormenta en cualquier momento.

A Jungkook le gustaba sentir el frío aire sobre su rostro mientras dibujaba, así que, abrió la ventana asegurándose de que Jimin estuviera bien tapado.
Aún así, el mayor, un par de horas más tarde, comenzó a sentir el cambio de temperatura, así que, parpadeando para adaptarse a la luz, abrió los ojos, tallándolos aún somnoliento.

Sintió las cálidas sábanas sobre su piel y el hueco vacío a su lado, así que, se sentó bostezando y estiró su cuello, llevando su mano a este, dándose cuenta de que no estaba solo en la habitación.

-Jungkook-ah.

Al ver que ni le contestaba ni le había mirado, notó que llevaba puestos unos auriculares que le impedían escucharle, así que, se levantó con sus pies descalzos y caminó hasta posicionarse frente a él sin ser visto todavía ya que el lienzo tapaba su silueta.

Apoyó sus brazos sobre el lienzo y bajó su cabeza hasta colocarla entre sus antebrazos, sonriendo todavía con el rostro adormilado.

Jungkook, quién estaba demasiado concentrado en su obra, no se había dado cuenta de su presencia y, mucho menos, había oído sus pasos, así que, al tenerlo frente a él, sobre su dibujo, le asustó.

-¡Jiminie! -Exclamó sorprendido, dejándose caer sobre la silla que había detrás suya, pausando la música y tapando como podía el dibujo.

-¿Qué dibujas? -Preguntó con curiosidad, dando la vuelta y posicionándose a su lado.

Seguía sin poder ver la pintura porque el menor se había encargado de girarla, ocultándola de su vista.

-No es nada, solo un simple dibujo que no me está quedando bien. -Dijo, sonriendo hacia él. -Buenos días. -Saludó. -¿Te duele la cabeza? Anoche bebiste bastante.

-La verdad es que me encuentro bastante bien. -Anunció, rozando con su mano la barbilla del menor y acercándose hasta dejarse caer sobre sus piernas. -Pero, ¿Qué dibujabas?

-No es nada, ya te lo he dicho.

-Vamos, sé que eres algo así como un artista. No creo que lo que hayas dibujado sea tan feo como para querer ocultármelo. -Siguió intentando mientras se enganchaba con un brazo a sus hombros para no desestabilizarse sobre sus piernas. -¿Es un regalo para alguien?

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora