Capítulo 37. Es lo que tú elegiste.

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Capítulo XXXVI. Es lo que tú elegiste.

Había pasado una semana desde aquel día, el día que todas las cosas se torcieron, el día de las pérdidas. Pues Katsa había perdido a Logan, y León, él había perdido a Selene.

Selene, desde aquel día, se encontraba desaparecida, nadie, salvo Marcus, sabía dónde se encontraba o si se encontraba bien o no, y Marcus no estaba por la labor de comunicárselo a los demás, ni siquiera a Katsa, ya que, Selene, antes de marcharse, le hizo prometer que no lo haría, le hizo prometer que no le diría a nadie, y menos a Katsa y León, dónde se iba. Marcus, a cambio, le hizo prometer que todos los días le mantendría informado de su actividad diaria, y, por el momento, ambos estaban cumpliendo su promesa.

Para Katsa, la semana había pasado lentamente, ya que, al no estar Selene, y León estar convaleciente, no había ido a entrenar ni un solo día, se negaba a hacerlo sin tener a Selene o León, y no tenía a ninguno de los dos. No obstante, sí iba a visitar a León, todos los días, entre las siete y las ocho, cuando decidía hacer un descanso con su estudio.

Este día, 11 de diciembre, tenía los últimos exámenes por la tarde, por lo que no podría ir a ver en León, en cambio, vería a Logan, a quien menos ganas tenía de ver.

Desde el día que Logan se marchó, dándole a Katsa quizás un por qué erróneo, según las palabras de Drake, no lo había visto en un horario que no fuera el de clases, a excepción de los tres primeros días de la semana, cuando ambos tenían que hacer los exámenes globales que no pudieron hacer en su día. En definitiva, sólo lo había visto en el Instituto, ni siquiera lo veía en el recreo, salía de los primeros y se marchaba hacia un lugar que Katsa y Melinda desconocía. Ya ni siquiera hablaba con Melinda si Katsa estaba delante.

Katsa y Melinda discutieron aquel tema, el porqué de la actitud de Logan, ya que Katsa no podía contarle la verdad, o, al menos, lo que él le había dicho, ya que, la semana que había transcurrido, tampoco había visto a Drake, y le daba vergüenza preguntar por él, ya que podrían malinterpretarlo y era lo que menos quería en aquellos momentos.

Kahlan y Liam también se habían dado cuenta de que algo pasaba entre Logan y su hija, pero, cuando le preguntaban a ésta, nunca obtenían más de un monosílabo como respuesta: nada, era lo único que Katsa les contestaba. Asimismo, Nicole y Michael, los padres de Logan, se habían dado cuenta de que su hijo había cambiado, ya no era aquel joven que siempre tenía una sonrisa en su rostro y siempre reía, sino que era todo lo contrario, siempre estaba solo y su rostro no expresaba ni un atisbo de felicidad. Del mismo modo, Katsa tampoco sonreía ni reía, pero, al contrario que Logan, su rostro no expresaba amargura, sino furia, su mirada se había vuelto dura, pero igualmente el corazón lo tenía blando y frágil, y le dolía ver a Logan en clases y no ser capaz de hablarle y decirle todo lo que pensaba respecto a aquella situación, sin embargo, hacía todo lo contrario, se guardaba todo el dolor que tenía para sí misma, y aquella la estaba destrozando por dentro.

En varias ocasiones, ambos escribían un mensaje para el otro, disculpándose por su actitud y pidiendo hablar, sin embargo, a la hora de pulsar “enviar”, ninguno era capaz de hacerlo. Quizá fuera por orgullo, o quizá por miedo a que el otro ya hubiera remplazado a uno de los dos, hecho que no había ocurrido. Ellos dos eran únicos e irremplazables, y eso ellos lo sabían.

Katsa se encontraba en la calle, repasando con los apuntes para el primer examen que iba a tener, llegando al Instituto, cuando Logan pasó por su lado izquierdo. Ni siquiera la miró.

- Genial, Logan, genial. – dijo en voz baja volviendo la mirada a los apuntes y continuando su camino.

Durante toda la semana, no había podido concentrarse al ciento diez por ciento en sus estudios, ya que, cada vez que comenzaba a estudiar, se acordaba de Logan, ya que, la mayoría de los exámenes, se los preparaban juntos siempre que habían podido, en cambio, en aquel momento, no sólo no contaba con él para estudiar, sino que tampoco podía contar con él para lo que quisiera hacer. No es que para estudiar le hiciera falta que él estuviera presente, pero sí para todo lo demás.

La chica del Dragón [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora