La chica del Dragón [TERMINADA]

Capítulo 11. Disciplinae somnium (II)

Capítulo XI. Disciplinae somnium (II)

Viernes, 22 de noviembre.

“Cuando Leila llegó, vestida de blanco como siempre, Katsa estaba practicando algunos movimientos de lucha que había visto sólo en películas y videojuegos. También practicaba movimientos de parkour, sobre todo de desplazamiento, y a veces, saltos, y tricking, el back flip y front flip sobre todo.

Katsa era una fanática de las artes marciales, el tricking, un arte marcial extrema, y el parkour. Sin embargo, nunca había practicado ninguno de los tres, y no por falta de ganas, sino más bien por miedo. Sí, Katsa Cypher Amnell, la portadora de la marca del dragón, tenía miedo a realizar los movimientos propios de cualquier tipo de arte marcial, tricking y parkour. El hecho de que, tal vez, pudiera terminar con un hueso roto, y que esto le repercutiera en un futuro, no le llamaba mucho la atención. Pero ahora, en este momento y etapa de su vida, sentía que podía realizar y aprender cualquier cosa, y así lo estaba demostrando.

Katsa estaba preparada para hacer un back flip, pero sin saber por qué, decidió hacer un front flip precisando de una carrera con velocidad, pensó que sería más fácil.

Realmente, el back flip es más fácil, pero asusta más realizarlo que un front flip.

Como Katsa no se fiaba mucho aún de sí misma, había imaginado colchonetas, demasiadas a decir verdad, formando un rectángulo. Así al menos se aseguraba de no hacerse daño.

Katsa comenzó a correr, pero al llegar a las colchonetas se paró en seco, dejándose caer en ellas.

- ¿Cómo pretendes salvar el mundo si ni siquiera eres capaz de intentarlo una sola vez? – se decía mientras cerraba los ojos y se tapaba la cara con ambas manos, avergonzada.

- No te subestimes – le dijo Leila sorprendiéndola – sólo debes buscar el valor y la fuerza necesarios y que ambas sabemos que tienes, y de sobra. – le dijo con una sonrisa.

Katsa la miró durante unos segundos, en los cuales pensó y analizó sus palabras. Se levantó de un salto, volvió donde había empezado a correr la primera vez. Cerró los ojos y respiró profundamente. Nada más abrirlos comenzó a correr con velocidad, antes de llegar a las colchonetas se impulsó hacia delante con las dos piernas juntas y los brazos retrasados, para luego elevarlos, proporcionando impulso, pero se olvidó de hacerlo. No había cogido bastante impulso, lo que hizo que cayera de costado, pero con el brazo izquierdo debajo.

- ¡Dios!, ¿cómo puedo ser tan tonta? – gritaba mientras intentaba levantarse.

- Realmente no pretenderías que te saliera a la primera, ¿verdad? – dijo Leila ayudándola a levantarse, la joven no contestó –. Katsa, valiente no es el que intenta hacer algo y le sale a la primera, valiente se es cuando cometes un error y lo vuelves a intentar una y otra vez por mucho que fracases y te caigas, aprender de ese error. No todo en la vida es llegar y besar el Santo, no todo te va a salir a la primera, pero no por ello debes menospreciarte ni dejar de intentarlo. – la joven permanecía callada, escuchando atentamente las palabras de Leila –. Muchas personas han fracasado a lo largo de su vida, inventores, científicos, traceurs…, pero no por ello dejaron, ni dejan, de intentarlo. Lo intentan las veces que haga falta, cometiendo errores y aprendiendo de ellos para no volver a cometerlos. Van descubriendo modos de cómo no se hace lo que se intenta crear, realizar o hacer, sólo se necesita encontrar un modo para que funcione o salga bien. – dijo con voz firme ante la atenta mirada de Katsa –. ¿No crees, que lo que esto expresa, se puede aplicar en la vida, en lo que día a día intentamos hacer, cuando cometemos un error? – dijo sonriente pellizcándole la nariz.