Capítulo 12. Más secretos y mentiras

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Capítulo XII. Más secretos y mentiras

“Katsa estaba entusiasmada, eufórica, hoy, si todo salía bien en la mañana, sabría toda la verdad y, por fin, despertaría. Estaba tan deseosa de que Leila llegara y así poder comenzar a entrenar, que la posibilidad de que algo, en la mañana o en la tarde, pudiera salir mal, no se pasaba por su cabeza.

Katsa estaba estirando cuando Leila llegó. Hoy no le enseñaría nada nuevo, sólo practicarían lo que la chica había aprendido y le demostraría que lo dominaba.

Lo primero que practicaron fue la puntería con las pistolas, así se las quitarían rápidamente del medio, Katsa lo hizo excelentemente. Lo siguiente fueron las espadas, cosa que Katsa ya dominaba a la perfección, pero, lo que más dominaba, era la lucha cuerpo a cuerpo, y así lo demostró. Pues Leila sólo logró tocarla dos veces, sin embargo, ella había logrado tocarla innumerables veces y la había tirado al suelo otras tantas. Ya estaba preparado para llevarlo a la práctica fuera.

- ¿Y bien? – preguntó Katsa ayudando a Leila a levantarse del suelo.

- Estás preparada, pero debes saber que no sólo darás golpes, también los recibirás, así que debes prepararte para recibirlos. – contestó con una sonrisa.

- Así lo haré, gracias. – dijo haciéndose una coleta –. Entonces – continuó la joven – ¿me lo contarás todo esta tarde y podré despertarme hoy? – preguntó entusiasmada.

- Claro, te lo prometí, así que no puedo echarme atrás. – dijo guiñándole un ojo.

- Genial, estoy deseando que llegue ya la tarde. – dijo dando un saltito –. Por cierto, ahora mismo, ¿qué hora es?

- Ahora mismo serán sobre las 12 o 12.30 de la mañana. – dijo acordándose de a qué hora había venido y cuanto tiempo había transcurrido más o menos –. Vendré lo antes posible, hay mucho que contar. – dijo algo angustiada –. Bueno, yo me voy, y tú descansa, te lo has merecido. – dijo guiñándole un ojo, para después, como siempre, desaparecer.

Sí que se lo había merecido, había entrenado como nunca antes en su vida, y eso que hacía deporte y ejercicios físicos todos los días.

El día había sido intenso, se había concentrado en el combate, sin dejar que cualquier otro pensamiento rondara por su cabeza, sobre todo de Logan.

Deseaba poder salir de ahí ya y poder volver a verlo y abrazarlo, sólo quería estar junto a él y abrazar fuertemente a su madre, la cual, según había escuchado en ocasiones, estaba bastante preocupada por su hija pero no podía acudir a visitarla por motivos de salud física y psicológica.”

Logan y Melinda ya estaban despiertos cuando Liam llegó, con un café en la mano y una bolsa de la mejor pastelería de Missental, todo lo que hacían allí estaba exquisito, sobre todo los pepitos de chocolate y los donuts, estaban muy tiernos y cada vez que comías uno, daba la sensación de que tenía un sabor diferente al que habías comido antes, esto era lo que más clientes atraía.

- Bueno días, ¿habéis dormido bien? – preguntó dejando el café y la bolsa en la mesa, para así poder quitarse el abrigo.

- Yo no creo que aguante un día más en esa silla. – dijo Logan levantándose y comenzando a reír.

- Te dije que cambiáramos, un día tú y otro yo, pero no quisiste. – le dijo Liam siguiéndole con risas –. Os he traído algo para que desayunéis. – dijo mientras cogía la bolsa y sacaba un donuts de chocolate con estrellitas por encima de chocolate blanco, para Melinda, y un pepito de chocolate para Logan, le encantaban, al igual que a Katsa.

La chica del Dragón [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora