Capítulo LIII. Nuevas preocupaciones.
Katsa nunca antes había tenido que despedirse de sus padres, y mucho menos para no volver a verlos en lo que sería casi un mes, nunca antes se había visto sin ellos, sintiendo que le faltaba una pieza importante en su interior, sintiendo la necesidad de volver a tenerlos con ellos.
Pese a ser hasta el momento hija única, Katsa no era una niña mimada, o una niña de mamá como se suele decir, ella era madura y responsable, sabía que no podía depender siempre de sus padres y de que se lo dieran todo hecho, era consciente de ello, sin embargo, acostumbrada a no estar lejos de ellos salvo porque se fueran a trabajar o a visitar a alguien, o porque fuera ella misma la que saliera de casa, era normal que, en aquel momento, sintiera que los estaba dejando solos, que los estaba abandonando.
Katsa no se consideraba tan importante como todos le hacían creer, siendo la chica del Dragón y teniendo ciertas y grandes responsabilidades, pero Alessia sí la consideraba así y, si ella llegaba a enterarse de que se había ido, de que no estaba en Missental, de que no estaba con sus padres, nadie podría impedir que los atacara, puesto que, no estando ella, que era el principal sujeto al que vigilaban, Marcus no mandaría nadie a su casa a vigilar.
Desde que se había despedido de su padre y había subido con Logan al avión, había comenzado a preocuparse por la situación de sus padres, porque Alessia pudiera hacerles algo, porque pudiera secuestrarlos y torturarlos, y, por ende, al bebé que su madre llevaba dentro. Pensar en esto, hizo que Katsa, estando ya sentada en el avión, se pusiera furiosa y comenzara a respirar agitadamente, por lo que, Logan, viéndola, la acercó hasta él y la abrazó de lado, acariciándole el pelo y diciéndole que todo saldría bien, que sus padres no correrían peligro, hasta que, finalmente, consiguió que Katsa se quedara dormida, así al menos no pensaría en lo que no debía.
En aquel momento, Katsa se encontraba dormida, con la cabeza apoyada en el hombro derecho de Logan, el cual permanecía con su brazo derecho alrededor de la cintura de Katsa, habiéndose quedado dormido también, sin embargo, Katsa no se encontraba del todo dormida.
Cuando Katsa abrió los ojos, se encontró en un espacio en blanco, completamente en blanco, siendo incapaz de identificar si el espacio era grande o pequeño, siendo incapaz de averiguar dónde se encontraba. Sabía que aquello debía de tratarse de un sueño o debía ser por Leila, pero no la encontraba por ninguna parte, lo único que veía a su alrededor era blanco, únicamente blanco.
Dando vueltas sobre sí misma, intentando encontrar a Leila, ya que estaba segura de que aquello sería cosa suya.
- ¡Leila! – exclamó parándose de nuevo –. ¡Leila, por favor!
- Katsa. – llamó ésta a su espalda, haciendo que Katsa se girara.
- Leila, por favor, necesito que vigiles a mis padres, no quiero que les ocurra nada malo. – le dijo preocupada acercándose a ella, haciendo que ésta desapareciera por alguna razón.
Cuando Leila desapareció, Katsa se quedó mirando confusa el sitio en el que Leila anteriormente había estado.
- Katsa, no tenemos tiempo. – escuchó decir a su espalda.
- ¿Leila, qué ocurre? – preguntó Katsa girándose y dando un paso hacia ella.
- ¡No te acerques! – exclamó Leila preocupada y haciéndole un gesto con la mano de que se detuviera –. No tenemos tiempo y debes escucharme.
- Está bien, te escucho. – dijo Katsa preocupada.
Era extraño que Leila se comportara así, ni siquiera lo hizo cuando Katsa se encontró en ese sueño de entrenamiento. Algo realmente malo debía estar pasando en el exterior para que Leila se decidiera a aparecerse.
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La chica del Dragón [TERMINADA]
Fantasy¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si sufriese un cambio que la cambiase por completo?, ¿cómo sería si fueses de otra manera?, ¿si fueses un súper héroe o especial?... Éstas y muchas otras preguntas se hacía una chica normal, como tú...