Capítulo 10

58 11 7
                                    


―Bien, iniciaremos con las preguntas ¿Hay alguna enfermedad hereditaria en tu familia, de la que tengas conocimiento?

―No, señora...

―Dime Nancy o solo responde no, me siento casada y vieja ―sonrió mientras tecleaba.

―Lo siento.

― ¿Tienes alguna enfermedad? Ya se leve o grave.

―No... que yo sepa.

― ¿Recuerdas la última vez que fuiste a hacerte un chequeo médico? El mes.

―Como en agosto...

―Hace siete años ―finalizó y lo vio asentir.

Durante unos minutos la mujer siguió preguntando cosas por el estilo. Le pidió una muestra de sangre y continuo con lo rutinario: ver su peso, su altura, revisar su respiración y los latidos de su corazón.

―Bien... ―Pensó con cuidado lo que iba a decir, mientras miraba la pantalla―. Me preocupa bastante tu salud, tu peso no es acorde ni un poco con tu altura. El peso que una persona de tu edad debe tener, más que todo en este momento, debería ser igual o superior a su altura debido a que el cuerpo está en proceso de desarrollo, y tú no estás cerca de esto. Lo que más me preocupa es que esto no te ocurre desde este año ¿o sí?... ― Lo vio bajar su cabeza y supo que tenía la razón―. Examinare tus muestras de sangre, primero quiero ver como esta tu cuerpo internamente, luego de eso te daré una rutina alimenticia para que sigas.

» No ayuda el que diga ahora: solo come hasta que revientes, porque lo único que lograremos es que el desorden alimenticio que tienes empeore... Dime, ¿Cuánto comes en tus platos habituales?

El castaño ladeo la cabeza confundido.

» Te mostrare unos ejemplos. ―Sacó una hoja de una carpeta y se la mostró a Mathew, en ella había varios platos animados de comida, en diferentes cantidades―. ¿Cuál de estos se parece más a la cantidad que comes habitualmente? ―El joven apunto una y luego ella devolvió la hoja a donde estaba―. Cuando comes más que eso ¿te sientes lleno o con nauseas?

―Am, no, bueno no como más de lo habitual, es decir...

―Comes hasta que te sientes satisfecho.

―Sí, supongo.

―Bien, creo que eso es todo, examinare lo que acabo de hacer hoy y luego te daré lo que necesites ¿Okey?

El chico asintió y esperó a que ella volviera a empacar todo en su maleta. Luego salieron de la habitación encontrándose con Valeria.

―Estabas espiando...

―No, no. Vengo de allá ―se excusó señalando rápidamente la puerta de la oficina, antes de que Nancy la regañara.

― ¿Joseph sigue aquí?

―Síp, le dijeron que iban a traer... ―Desvió momentáneamente la mirada a Mathew―. Un paquete y no sabían a qué hora entonces lo mejor es quedarse.

―Y ¿Cómo sabes eso? ― Valeria abrió los ojos sintiéndose descubierta.

―Este... yo creo... digo, je, no es que estuviera escuchando la conversación que tenía por teléfono, solo lo intuí ―sonrió nerviosa.

―Ajá, necesito hablar con él. Ah, sí, le saque dos tubos de sangre a Mathew así que por favor que no corra y no haga fuerza, no quiero desmayos... Y dale, por favor, algo de comer, no mucho, mejor si es fruta.

― ¡A la orden capitana! ―Puso la mano en su frente.

―Gracias. ―Se dirigió a la oficina, tocó y luego entró.

La Recompensa De Nuestro Pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora