Capítulo 42

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—¡Despierta, despierta, despierta! —Gritó mientras reía y presionaba el brazo del mayor con sus manos.

Joseph se quejó bajo y con una sonrisa volteó tomando las manos del niño.

—Listo, lo desperté, soy mejor que la alarma.

—Me doy cuenta —Rio Mathew mientras abría las cortinas, para luego volver al lado de la cama.

—¿Ya despertaste? —Preguntó Jackson al verle los ojos cerrados, sonrió cuando dio una leve afirmación —. Entonces abre los ojos, ya es de día.

Joseph bostezó pasando las manos por su cara, luego se quedó mirando al infante.

—Hola —Habló Jackson con ternura sacándole una sonrisa amplia a los presentes.

—Hola —respondió Joseph mientras se sentaba, luego miró a Mathew—. Buenos días. —Uso una ligera picardía en su tono que hizo reír a Mathew.

—Buenos días.

Joseph tomó la taza y probó el té, siendo seguido en cada movimiento por el par de ojos curiosos a su lado, le ofreció la bebida al niño y el dio una pequeña probada, luego de saborearla con sorpresa y gusto le dio otro sorbo. Los mayores rieron.

—¿Te gustó?

—Sí ¿Qué es?

—Té.

—Ah... él tomaba té verde, pero sabía feo.

Mathew apretó sus labios, era obvio a quien se refería, el simple hecho de recordarlo le causaba una serie de sensaciones tan desagradables. Negó con suavidad observando el suelo y luego sonrió.

—Por eso prefiero el café con leche, sabe mejor.

—Estoy en desacuerdo —Anotó Joseph con el mismo tono burlesco.

—Ah sí, ¿Por qué? —sonrió pícaro.

—Bueno, el té es mucho mejor, la cafeína llega a ser dañina para el cuerpo.

—Como... —hizo un ademán para que terminara.

—Quita el sueño.

Mathew lo pensó.

—En ese caso no veo ningún problema —Caminó frente a la cama—. A veces me gusta quedarme despierto en las noches... trabajo mejor. Vamos Jackson.

El nombrado terminó rápido lo que quedaba de té y bajó de la cama para seguir a Mathew.

—Vendré cuando el desayuno esté listo —informó antes de cerrar la puerta.

Joseph quedó con la boca abierta, procesando cada palabra y no pudo evitar que una sonrisa saliera. Definitivamente amaba ese punto en el que estaban y solo podía sentir intriga por ver el resultado de explotar ese lado de Mathew.

Debía admitir que imaginarlo en ciertas situaciones era bastante estimulante, más que todo en las noches cuando su cabeza en inconsciencia se tomaba la libertad de imaginar escenarios que no se permitiría pensar despierto, pero se hacía más complicado tener pudor mental con Mathew haciendo tales insinuaciones.

Suspiró y prefirió ir a darse una ducha fría, esperando que el agua bajara la temperatura de su cuerpo y limpiara los pensamientos que seguro no lo dejarían en todo el día.

Concentrarse en algo tan automático como vestirse se le complicaba, sin darse cuenta una sonrisa se dibujaba junto con la imagen del chico en su mente. Ladeó la cabeza para que la concentración volviera. Posicionó el reloj en su muñeca y golpes en la puerta se escucharon, giró e intento no sonreír al verlo.

La Recompensa De Nuestro Pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora