Capítulo 33

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⚠️Este capítulo puede contener escenas sensibles⚠️







—¡Papi! —Gritó de nuevo el niño, sentía su garganta arder, sus pies dolían, ya lo había buscado por todo lado y no lo encontraba.

Caminó hasta las carpas donde sus compañeros trabajaban. Se acercó a la primera topándose con un hombre saliendo de ella, arreglaba su camisa sin mucho cuidado, un cliente. Abrió la carpa encontrando una chica acurrucada mirando a la nada y sin expresión en su rostro.

—Vanesa ¿sabes dónde está papi?

—Que putas voy a saber dónde está —Respondió irritada por la presencia del niño.

—Ay que grosera eres —sacó su labio notando a otra de sus compañeras en el suelo, sus piernas temblaban y su entrepierna sangraba—. ¿Qué le paso a Mery?

—¿Qué no ves? Acaba de trabajar, idiota, cosa que tu no haces, lárgate de aquí.

—Eres muy mala —se fue corriendo.

—Privilegiado de mierda —susurró para sí.

El niño corrió peleando con el aire, no sabía por qué Vanesa era tan mala con él, nunca le había hecho nada. Bueno eso no importaba, cuando encontrara a papi se lo diría y el la castigaría por tratarlo mal.

Fue hasta la parte de atrás del escenario, había varias personas, hoy Vanesa sería llevada ahí, si tenía suerte se iría y no volvería a verla. Papi debía estar recibiendo a los clientes. Sonrió y corrió asomándose por una de las paredes, no lo veía, salió un poco más de su escondite y nada, saco su labio inferior sin ánimo.

Sintió un golpe en su espalda que lo hizo caer al suelo, giró rápidamente, al ver la máscara sabía quién era, un cliente, había golpeado a un cliente, papi lo castigaría.

—Perdón, perdón señor, no lo vi.

—Calma, no te preocupes —se agachó para observar mejor al infante —. ¿Cómo te llamas?

—Coral... así me llama papi.

—¿Papi? —lo vio asentir.

—No se ve lastimado, podemos llevárnoslo antes de que le hagan daño —susurró el acompañante del cliente acercándose a su oído.

—Dame tu mano —pidió el pelinegro al menor y este la tomó sin problemas. Lo llevó a uno de los coordinadores—. Disculpe, me gustaría llevármelo.

—Oh, creo que este niño aún no está a la venta, dis... —Calló al percibir a dos de sus amantes en la mano del cliente, dos fajos de billetes verdes —. Corrijo, en un momento se lo llevaremos a una camioneta.

—Yo tengo la mía.

—En ese caso se lo llevare ahí, ¿solo lo quiere a él?

—No, compraré otros cuantos.

—Apetito insaciable, ah, yo le llevaré a los demás también no olvide buscar mi cara.

—No lo haré —sonrió y miró al niño—. Nos vemos en una hora —finalizó soltando su mano y se fue.

—Ve para atrás niño, en un momento te llevaran a... jugar —rió empezando a contar los billetes.

Coral siempre había detestado a los amigos de papi, eran feos y malos, lo veían raro, incluso uno le dijo una vez que si no fuera por papi se lo comería, él no era comida.

La Recompensa De Nuestro Pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora