Capítulo 36

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—Bup —musitó la chica mientras tocaba la mejilla de su compañero—. Tierra a Mathew. Me preocupa que secretos tiene el piso que no lo has dejado de mirar.

El chico sonrió.

—¿En qué piensas? —Preguntó Valeria.

—No sé... tengo tantas cosas en la cabeza que cuando trató de concentrarme en una pasó a otra.

Valeria asintió y estiró las piernas, para mover sus pies con aburrimiento luego Suspiró.

—¿Crees que lo logren? —Captó la atención de la chica—. Salvar a la niña.

—No sé, es difícil. No me sorprendería si ni siquiera la encuentran, pero... creo que sería un peso más para Sara, no quería que fuera por eso—rió—. Pero también sabía que no la podía detener.

—¿Ella también tenía una amiga? —La vio asentir.

—Joseph trató de salvarla cuando se lo pidió, pero al llegar donde la tenían, ella ya estaba muerta. Tardó mucho, lo único que pudo traerle a Sara fue el collar que llevaba... —Apretó sus labios—. Fue un peso muy grande para él, después de unos meses me contó lo que vio, creo que no soportó guardarlo más.

—¿Qué vio?

—La tenían atada a una cama de hospital, en un cuarto pequeño y sucio. Cuando entró un tipo estaba ahí... haciendo... cosas... Joseph lo mató. Revisó el pulso de la niña y supo que no había nada que hacer. Recuerdo que me dijo que al acercarse al cuerpo sintió un olor podrido... pero no sabía si era de ella o de lo demás que había tirado, tampoco quería saber.

Mathew no dijo nada, no sabía que decir, únicamente podía sentirse asqueado, sorprendido, triste e impresionado. Joseph había pasado por demasiadas cosas y algo le decía que eso era una pequeña parte de lo que vivió y debía vivir a diario. ¿Cómo cargaba con tanto peso... solo?

Tenía miedo, Joseph era una persona magnífica, buena y atenta, eso lo sabía perfectamente y le gustaba, era muy atractiva esa parte de él. Justo ese era el problema, Mathew empezaba a verlo de manera diferente a un amigo, no podía decir que se estuviera enamorando, eso era más complicado, pero era claro que le atraía.

No quería tener esos sentimientos por él, estar a su lado representaba un problema que no tenía intenciones de afrontar. Además de pasar toda su vida con un perfil bajo, era obvio que eso desaparecería con él.

Sin embargo, eso ni siquiera se acercaba a lo importante, ¿Qué pensaba Joseph? Seguro estaba enojado o por lo menos incómodo, probablemente creyó que había encontrado un amigo y ese supuesto amigo intento besarlo, que triste.

Suspiró con pesadez. En su pecho existía la sensación de estarse comprimiendo, y probablemente eso era lo que sucedía, todos esos sentimientos trataban de salir, liberarse, pero no iban a hacerlo, no los dejaría. Siempre fue bueno ocultándose, solo lo haría mejor para que Joseph no sospechara. Tendría que disculparse con él por lo sucedido.

En el silencio del salón se logró escuchar que un auto se detenía.

—Llegaron. —Susurró Valeria poniéndose en pie y llegando a la entrada con rapidez. Mathew no se quedó atrás y antes que la chica abriera la puerta cruzó sus dedos.

Sara fue la primera en aparecer, su rostro no mostraba emoción, ambos chicos temieron lo peor hasta que ella se movió a un lado, mostrando a Jonathan con la joven en sus brazos. Valeria y Mathew respiraron aliviados.

—Gracias Jonathan —Habló Lucía con un ademan para que la bajara.

—Necesita ropa. —Informó Jonathan a Valeria.

La Recompensa De Nuestro Pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora