Líder inmortal

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La persona que yo era no iba a depender de lo que ellos fueran.

Iba a romper esa cadena.

—Maureen —advirtió Abel. "No vayas", articuló.

La tensión era tangible, pero yo ya había tomado mi decisión.

Tomé la mano que mi padre me ofrecía, él la llevó a su boca y besó el dorso con una sonrisa. Intenté no estremecerme.

Peter seguía sus movimientos, mostrándole sus colmillos. Sus ojos estaban llenos de miedo.

«Voy contigo», decía, «Te sigo a donde vayas».

—Mantenlos alejados, Josh —dije.

Mi padre rodeó mi cintura y volví a encontrarme con su cuerpo firme como el hielo. Su aquelarre nos observó, esperaban una orden de su líder.

Líder. Por los dioses, ¿Cómo había sucedido eso?

Papá sonrió con impiedad.

—Ahora podemos volver a casa.

Los vampiros chillaron salvajes, sus risas histéricas y crueles hicieron que mi piel se erizara.

—Te acostumbraras a ellos, mi amor —besó mi frente—. Serán tu nueva familia.

No. Ellos no eran mi familia.

Mi familia estaba en el bosque y él...En lugar de decirle eso, contesté: —. Nos encontraremos con mi madre y mi abuela en el bosque —sujeté mi collar de familia—. Ya las he llamado.

Al bajar las escaleras escuché siseos y gruñidos a nuestras espaldas, detuve mis pasos haciendo que mi padre también se detuviera. Giré mi rostro y mi corazón se detuvo.

—¿Y este? —tres de ellos sostenían a Peter...Tiraban de su piel y patas, con fuerza. Y su hocico...

No lo toquen —espeté y una onda de magia salió de mí con agresividad.

Cuando quisieron saltar sobre él una vez más mi padre los detuvo, con un movimiento suave de su mano. Salí del agarre de mi padre y fui hacia el lobo que lamía su piel maltratada.

Se acercó a mí, enroscándose a mí alrededor. Su cuerpo estaba temblando.

—¿Qué significa esto? —el tono que utilizó papá me dejó saber que estaba disgustado—. Por favor, Maureen. No me digas que te has emparejado con uno de ellos.

Lo enfrenté enfurecida.

—No tienes ningún derecho a...

Su mano tomó mi mandíbula.

—Soy tu padre —recordó.

Me levanté temblorosa por el cansancio, no retiré mi mirada de la suya.

—Hablaremos de los derechos que tienes sobre una vez que encontremos a mi familia y decidas vislumbrar nuestras mentes sobre cómo es que estas vivo y convertido en...—me detuve antes de decir "esto", no quería empeorar las cosas—. Un vampiro.

Por primera vez su rostro se mostró vulnerable, pero apenas un segundo. Un parpadeó después volvió su máscara de imperturbabilidad.

Eso —señaló a Peter—, no vendrá con nosotros —y agregó—: Solo mi familia.

Quise refutar, negarme, pero ver los rostros hambrientos de los vampiros que sujetaron tan cruelmente a Peter me hizo meditarlo mejor. No lo quería cerca del peligro, no quería que sufriera por mi culpa.

La bruja y los lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora