Se acercan

14.1K 1.5K 124
                                    

Salí de allí sintiendo mi cuerpo tenso y caliente, la conversación había tenido un cierre que no esperaba. No miré a los hombres del pasillo, no dejé que me detuvieran, quería irme y respirar aire fresco. También deseaba saber a dónde había ido Ivy.

Estaba tan sumergida dentro de mí misma que ni siquiera me di cuenta de que Peter había comenzado a seguirme.

Afuera el aire del anochecer besó mi rostro con ternura, iba a ser una noche calurosa. Tibia.

—Maureen —masculló Peter—. ¿Qué pasó?

—Podemos quedarnos —avisé—. Josh me dijo que no es necesario que te reúnas con él.

Cuando entré en el bosque Peter tomó mi mano, como si no quisiera perderme el paso y solo deseara que lo llevara a cualquier parte que estuviera yendo. Y no sabía a donde estaba yendo, solo sabía que quería alejarme y sentirme rodeaba por lo que conocía.

En mi mente seguía viendo y escuchando a Josh. Parecía irreal el hombre en mis recuerdos, diferente al que alguna vez conocí.

¿Era posible que el vínculo de compañeros lo afectara tanto?

Había estado a punto de suplicarme ayuda. Dioses.

—Maureen, ¿pasó algo más?

Observé el rostro de Peter, él era bueno, tan bueno que parecía mentira. Ya ni siquiera me importaba su olor a lobo, me reconfortaba, porque sabía que pertenecía a él y Peter me daba una sensación de paz.

—Estoy impresionada, eso es todo —susurré, no quería hablar en voz alta—. De mí misma —confesé—. Josh quiso rogarme para que lo ayudara y yo...no pude aceptarlo, me...disgustó la idea.

—Rogar es aceptar la desesperación y la vulnerabilidad —él estaba sin aliento, me di cuenta de que me movía bastante rápido, casi a ciegas por el bosque.

Con mi mano libre hice una esfera de luz fogosa y la moví para que nos guiara.

—Después de todo lo que he sufrido pensé que verlo rogarme era todo lo que quería —continué—. Pensé que sonreiría, que me burlaría, pero...se sintió incorrecto, se sintió...nauseabundo.

—Eso es porque no eres una mala persona —su mano presionó la mía.

¿No lo era? ¿Qué había pasado conmigo?

Me detuve con esa pregunta.

¿Qué había pasado conmigo?

—¿Te sientes bien?

—No —negué—. Estoy un poco mareada.

Peter me arrastró hacia la raíz de un tronco y me hizo sentarme, la esfera de luz estaba perdiendo fuerza por la irregularidad de mis respiraciones. Sabía que Peter podía verme en la oscuridad, pero yo no tanto, estábamos en una parte del bosque donde ni siquiera la luz de la luna alcanzaba.

—¿Qué puedo hacer por ti? —preguntó nervioso.

Tiré de su mano.

—Siéntate conmigo, quédate cerca.

Porque me gustaba sentirlo, me gustaba que...decidiera quedarse.

Se sentó junto a mí y su brazo rodeó mis hombros para atraerme contra su pecho, mi esfera de luz se extinguió y la oscuridad nos absorbió.

—¿Qué tienes?

—Tal vez sea por el cambio de alfa, Josh está deprimido y la tierra lo siente, por lo tanto yo también —me encogí de hombros—. No sé, estoy pensando en demasiadas cosas a la vez. Estoy confundida. Yo...siento que no sé quién soy. En el pasado habría dado mi vida por ver a un lobo rogándome, pero hoy...la idea fue insostenible.

La bruja y los lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora