Capítulo 29

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"DANCOMO"

Alisson

Siempre hemos escuchado las historias de amor esas que terminan con un final feliz, donde el príncipe rescata a la princesa y se enamora de ella, y viven felices para siempre, pero todo siempre es mentira.

>Nada dura para siempre<

Todo termina, es como un ciclo, algunas veces estarás abajo y otras estarás arriba, pero jamás permaneces en un solo lugar, es el ciclo de la vida, Soñaba con ser abogada casarme con un prestigioso abogado a los 25 años, tener mi primer hijo a los 26 años, que mi esposo y yo construiriamos nuestra firma de abogados, tenía mi vida planeada, pero nada de eso ocurrió.

Estoy casada a los 18, con dos hijos en camino, con un esposo que no me ama y me odia, no tengo estudios y soy mafiosa, ironías de la vida, tengo a los Woods pisándome los talones y a mi familia benefactora ofreciéndome un lugar a su lado, aunque sea solo de familia no en la mafia.

Mi cuento de hadas parece ser uno del que no hay final feliz y donde el príncipe no se enamora de la chica, solo recibo migajas del príncipe, no tengo una historia feliz, vivo rodeada de mentiras, de piezas que no encajan y no sé cómo descubrirlas, todos parecen haber creado una burbuja a mi alrededor para que no escuche lo que se aproxima.

Pero ciertamente se necesita más que una burbuja para amortiguar la curiosidad de mí, merezco la verdad, y la conseguiré por las buenas o las malas, porque mi padre me ha mentido, todos lo han hecho y no confió en nadie de aquí.

-La sociedad ha sido clara, debemos dar una entrevista. -le comento a Niccolo, el cual está sentado en la cama, tecleando en su computadora, ni siquiera me mira, parece como si no estuviera aquí.

-Ahora no Alisson. -me dice con tono de voz cortante y limitante, como si le molestara contestarme y eso ciertamente me lastima.

Prefiero no discutir, las peleas han aumentado, discusión tras discusión, una pelea donde nadie gana porque jamás terminamos de hablar, Niccolo siempre se va dándome la espalda dejándome con la palabra en la boca. Pensé que con el tiempo todo volvería a su lugar, pero solo ha empeorado al punto del cual no soporto vivir en esta casa.

Hoy cumplo mis tres meses de embarazo y Niccolo ni siquiera me observa, a veces hace como si no existirá y me lastima, me hiere su forma de tratarme, porque no se esmera en escuchar mis disculpas, no podemos permanecer en una habitación sin pelearnos, así que simplemente hacemos lo posible para no cruzarnos. Pero no puedo evitar extrañar el contacto con Niccolo, la forma en que me hace sentir cada que estoy cerca de él, la forma en que me besa, extraño todo eso, eso que creí que estaría bien.

Me acerco de forma tranquila y me acuesto a su lado, su mirada se fija en la computadora y ni siquiera se ha percatado de mi presencia.

-Podemos hacer las paces. -sugiero mientras toco su mano, alejándola del teclado de la computadora, para que toque mi vientre. -No quiero más peleas, solo quiero hacer las paces, como antes. -le digo, mientras veo como sus hermosos ojos me observan buscando un pico de mentira en ellos, cosa que no encontrara porque soy sincera.

-Dije que ahora no Alisson. - dice retirando su mano de mi vientre lentamente para no dañarlo, sus ojos vuelven a la computadora, ignorando mi existencia.

El único contacto que hemos tenido ha sido por las noches, cuando Niccolo soba mi vientre con la crema de Colombia, pero solo se limita a masajear, sin entablar una conversación y sin observarme. Lo quiero tanto que no puedo evitar llorar cada que me deja sola de nuevo en la habitación.

Siento que cada vez que me ignora una parte de mi corazón se rompe aún más que la anterior, y con ello mi amor con Niccolo crece, y no sé porqué, tal vez porque es el padre de mis hijos, o porque lo quiero demasiado.

Desgracia Ardiente (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora