Capítulo 41

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Zermatt, Suiza.

"Kellan"

Philip

Un mes a transcurrido desde el nacimiento de los mellizos Baldercom Brown, ha quedado a mi cargo el pequeño Kellan, un niño precioso, es admirable su parecido con Alisson, son dos gotas de agua, pero posee los ojos grises de Niccolo, a pesar de haber nacido con una dificultad en su pierna, después de la operación quedó perfectamente bien.

El pequeño y yo, vivimos ahora en Suiza, en un pequeño pueblo, alejado de la civilización, así la tranquilidad nos persigue, y si alguien intenta atacar, el ruido me hará saber que los enemigos están por llegar.

El pequeño Kellan, sabe que Alisson no está aquí, la busca con la mirada, llora cada noche por la ausencia de su madre, incluso puedo decir que, por la ausencia de su melliza, es como si supiera que no están aquí.

A pesar de todo lo cuido como si fuese mío, daría mi vida por él, después de todo Niccolo haría lo mismo por mí, al igual que Alisson. No he podido comunicarme con ninguno de los dos, por seguridad, además de que Anton sugirió que no lo hiciera, que cuando él viera que la marea estuviese tranquila, él me lo haría saber a su manera.

Con tantos enemigos de parte de Niccolo, los mellizos no poseen el apellido de su padre, los australianos los buscarían como pago por la traición de Marco y Maribel, no solo ellos lo buscan, los Woods, los nuevos rusos, incluido los coreanos, todos han puesto un precio alto por la cabeza de la descendencia Baldercom.

Así que para protegerlos Niccolo dio su autorización a Anton, aunque siendo sincero Anton no esperaba su autorización, el dejo claro que haría lo que fuese por la seguridad de Alisson y sus hijos, sin importar si estuviera de acuerdo o no Niccolo.

Los mellizos Dancomo Brown, así fueron registrados, de esa manera nadie los encontraría, pensaría que se trataría de otros, realmente pienso que Anton y Alisson deben tener un buen trato como socios, para Anton arriesgarse de esa manera.

Cuando Alisson dio a luz, fue catastrófico ver como gritaba a causa de la cesárea que le practicamos sin morfina, ni medicamento para el dolor, por un momento pensé que se le iba a desgarrar la garganta y moriría, pero me demostró que tan mujer es Alisson Brown, como para soportar un dolor como ese, con tal de ver a sus hijos nacer. Aun sin poder verlos a la cara.

Lastimosamente su relación con Niccolo no funcionó, ambos quieren cosas diferentes, uno estaba dispuesto a todo y el otro no, uno amaba y el otro no, y una relación necesita de ambos, no puede entregar uno solo, todo en la relación, pero debían intentarlo para saber que juntos no llegaría a nada.

Lo bueno de esa relación fueron sus pequeños hijos, son hermosos, y sin duda alguna serán algún detonante en el futuro, para bien o para mal.

Yo hubiese deseado tener padre como Alisson y como Niccolo, incluso como Anton, capaz de todo por el bien de sus hijos, sin importar que, sin importar los enemigos, sin importar lo doloroso que fuese no verlos, simplemente para mantenerlos a salvo, sin importar nada, ellos hicieron todo para protegerlos, mis padres solo deseaban de mí algo que no podía darles, mi dignidad.

Merecen el mal en el mundo, merecen que yo mismo los asesine porque ellos son el mal que alberga la tierra, lo que no debió nacer en el mundo, pero yo les quitaré lo que más atesoran en el mundo: su adorada organización, me encargare de desmantelarla y quemarla, les quitaré todo, como ellos hicieron conmigo.

-Eres un chico muy guapo. -digo mientras le cambio el pañal al pequeño Kellan, a pesar de aun usar su respirador por las noches, cada día se recupera aún más, espero y rezo por que la pequeña Akasha también se encuentre bien. - Tu eres un chico muy guapo. -digo haciéndole pequeños cariños en su pancita.

Desgracia Ardiente (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora