Desgracia Ardiente (editando)

Capítulo 28

"Secretos"

Alisson

En lo profundo de mi alma sé que algo está mal, que algo tratan de cubrir con el dedo, como si quisieran tapar el sol, aquel hombre que bese, es el mismo del centro comercial, tan bien esta lo de los italianos, cosa que me ha dejado perturbada y algo paranoica, Niccolo no me dirá nada, por orgullo y porque para él lo he traicionado, pero jamás dijo que no pudiera buscar por mi mérito.

Se dice que si no quieres encontrar algo que te dañe debes dejar de buscar en los escombros, nunca se sabe que se encuentran y que tan malo será.

He buscado en la caja fuerte, en la oficina, en la sala, pero parece ser que no hay nada y eso me pone más paranoica, Philip saco unos papeles y pretendo descubrir que son, que contienen y porque el apellido Dancomo los tiene así. No hay respuestas en la Tablet y mucho menos en internet, nada acerca de ellos, y eso me parece totalmente extraño.

La única persona que con tal de hablar conmigo me soltara la lengua, por odioso que sea y por mucho que lo deteste es mi abuelo Mickael, puede ser un completo ser infernal, pero él siempre sabe todo de las mafias, eso lo hace un gran líder.

Cierro la puerta del cuarto con seguro y me adentro a el baño, donde abro el grifo y la ducha para que nadie pueda escuchar la conversación. Con algo de nervios marco el número del cual me marco Mickael la última vez.

-Mi nieta me habla por teléfono debe ser un milagro. -me contesta, al parecer esperaba mi llamada y mi pregunta es ¿Por qué?

-Podemos vernos, necesito que me contestes unas preguntas. -suelto sin más, la hipocresía no está en mí, y si quiere verme como tanto menciona debe soportarme.

-Claro que si, a un Wilson nunca se le da la espalda. -me comenta y no sé por qué, pero una sonrisa sale de mí, es extraño que algo como esto me hace sonreír. -Ve a la tienda del centro esa que te gusta mucho, un carro pasara por ti. -comenta mi abuelo.

-Estaré ahí. -digo para después colgar, los nervios comienzan a aparecer.

Cierro los grifos, bajo a desayunar, pero nadie está, parece que todos han desaparecido estos días y eso solo aumenta mi dolor y tristeza, parece ser que todos se pusieron del lado de Niccolo y que esperaba todos son sus amigos.

Rosa tiene listo mi desayuno creado perfectamente como lo indico el médico, los mareos y vómitos se han ido y agradezco eso, ahora puedo comer cualquier cosa que me apetezca sin miedo a vomitarlo.

-Esta increíble Rosa. -digo al probar el primer bocado y saborearlo en mi paladar con demasiada lentitud para disfrutar su rico sabor.

-Muchas gracias Alisson, deberías no acostumbrarte tal vez vengan días en lo que comerán solo pan y frijoles. -me comenta Rosa y dejo mi plato de lado, y la observo, ella sabe algo, pero quien en esta maldita casa no sabe algo. Rosa sale de la cocina y me quedo helada ante su comentario, un comentario que sin duda logro dejar mi apetito de lado.

Escucho ruidos en la planta de debajo de la sala.

- ¡Subamos ahora! -se escucha la dura voz de Niccolo por toda la casa.

Mi ser chismoso me dice que continuemos, que debemos seguirlo y eso hago, con cautela subo las escaleras hasta llegar a la sala de reuniones, pero no entro, me quedo escuchando mientras ellos tienen la puerta semiabierta. Mi corazón quiere latir con fuerza, pero si hago eso Niccolo lo sabrá, así que respiro tranquilamente.

-Ahora que conocemos su regreso, debemos estar más alerta que nunca. -dice Niccolo con voz algo preocupada y a la vez autoritaria. -Vanessa y Carly vienen de regreso, están al tanto de todo, Sofía cooperara, todos los posibles lo harán. -dice Niccolo.