Capítulo dedicado a ForjaselArmero, no me olvido de ti y tú apoyo:).
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El fin de semana llegó más rápido de lo esperado; y con el los exámenes que serían la próxima semana.
Siempre he solido tener buenas notas en la escuela, soy una alumna responsable. Pero no tengo exámenes desde hace un buen tiempo, y me encuentro algo nerviosa, ya que mi concentración está demasiado frágil, y el hecho de que fuera exigente conmigo lo hace peor.
No era exactamente una nerd, pero si me gustaba tener mi libreta de notas aprobadas arriba de siete. Bueno, tal vez sea un poquito exigente.
Me rindo ante los apuntes de sociología y golpeo mi cabeza en ellos.
Ezra me observa desde la entrada al comedor y mientras come una galleta me pregunta: —¿Exámenes, verdad?—asiento con mi cabeza. —Suerte, tú puedes.— y se dirige a su estudio que se encuentra en el segundo piso de la casa.
—Gracias por tú gran ayuda.—murmuro casi inaudiblemente entre dientes. Tengo un bloqueo mental horrible.
Mi celular comienza a sonar y vibrar. Lo tomo y veo el nombre de Cansu en el, lo desbloqueo para leer sus mensajes:
<<BIP BIP>>
Hola!!
Te parece juntarnos a estudiar hoy en mi casa? O en la tuya, como quieras.
Hice galletas con chispas de chocolate!!
Claro, envíame la dirección y estaré allí.
Tal vez Cansu me pueda ayudar a estudiar, una compañera de estudio no me vendría mal.
Subo las escaleras y voy al estudio de mi tío, el cual tiene adornos y souvenirs de diferentes países y está completamente desordenado, con libros tirados por todos lados, hojas hechas bollo en el suelo, y Ezra despeinado con la vista enfocada en su computadora. Carraspeo mi garganta para que sepa de mi existencia y de vuelta su silla, y lo consigo.
—Una amiga me invitó a estudiar en su casa, quería avisar que voy a ir.— sí, avisar. Dejé de pedir permiso desde los trece años, al menos con mamá. Ser hija única a veces tenía sus ventajas, y una de ellas era que había podido adquirir cierta autoridad conmigo misma ya que siempre me demostraba responsable.
—Está bien, ¿Quieres qué te lleve?— para ser sincera, esperaba algo de negación.
—No, no te preocupes, iré en bus o tren. Tienes bastante trabajo con tú proyecto nuevo.— mis palabras lo convencieron y asintió con la cabeza, sacó su billetera y me dio algo de dinero. Nunca me gustó la idea de molestar a las personas para que me trasladen, siempre usaba el transporte público, o me iba con Franco cuando me obligaba. Pero en este punto de la vida solo tenía el transporte público, y no me desagradaba. Me gustaba ser independiente en ese sentido, podía irme donde quisiera y cuando quisiera.
(...)
Luego de haberme preparado y haber llegado a High Jules me dirijo a la estación de buses donde Cansu me había dicho, que era donde ella y Mirko siempre se tomaban el bus rumbo a su casa. Aparentemente la casa de Cansu quedaba más cerca que la de Charlotte, llegar a la de ella recuerdo que tomó casi una hora de viaje.
Para mi suerte el bus llega en menos de cinco minutos. Llegué sin problemas a la casa de Cansu ya que ella me esperó en la estación y pude verla por la ventanilla. Corrijo, no era una casa, era un departamento. Cansu me recibe con un abrazo y le correspondo.
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Reiniciando
Teen FictionBeth Dumont, una adolescente de diecisiete años es atacada cruelmente por la vida. Tras el fallecimiento de su madre debe mudarse de ciudad para vivir con su único pariente vivo, su tío, un hombre muy ocupado y bastante ausente, pero simpático. Ent...