El resto de mi semana se basó en acomodar mis muebles y terminar de decorar mi habitación, había quedado fantástica. Me sentía a gusto y en armonía; y el espejo de marco dorado era increíble. No podía parar de probarme diferentes outfits en frente de el.
También hice maratón de series y libros; incluso llegué a terminar el último que Alex me recomendó, era maravilloso. Lucy, la joven que quería casarse por amor pero su familia la quería casar con un repugnante hombre por conveniencia. Al final Lucy y su amado se escapan a Escocia, donde se casan felices. Lo leería mil veces más, aunque me resultaba un poco extraño a Alex leyendo este tipo de libros, su actitud arrogante quemaba todo tipo de romanticismo en su sistema. Pero era un amante del medioevo, eso ya era una afirmación.
Mi celular interrumpe mi momento de tranquilidad junto a mi taza de café. Lo tomo y puedo notar el nombre de Charlotte.
—Hola, Char-.
—Tengo mucho que contarte, pero no puedo por celular, tenemos que vernos esta noche.— la morena sentencia firme.
—¿Dónde?
—En Escalofríos.
—Ni de coña. Terminaré borracha otra vez. Tiene que ser un lugar más relajado.
—Bien.—podía sentir como imaginariamente Char blanqueaba sus ojos. —En el bar de Bee Beer.— solté una carcajada.
—Que gracioso nombre.
—Ese es el secreto, Beth, hacen cervezas con un tono dulce. Te gustará.
—¿Dónde queda?
—Iré a buscarte, no te preocupes, y esta noche te quedas en mi casa.
—Vale, acepto tú propuesta, será un buen fin de semana.
—Ve preparándote, estaré allí a las ocho.
Miré la hora y eran las cuatro de la tarde, todavía faltaba para que Char llegara. Le envié un mensaje a Ezra avisándole que saldría con una amiga, y respondió con un ok, como siempre.
Tomé un toallón y me metí a bañar, jaboné todo mi cuerpo, luego lavé mi cabello con shampoo, y por último tomé acondicionador para que luego se moldeen mis ondas. Salí relajada y me envolví en la toalla, sequé mi cuerpo y comencé a mirar mi armario. No tenía mera idea de que vestir.
Hasta que vi la bolsa del vestido, el vestido que me regaló Alex. Bien. Lo usaría hoy, hoy sería el gran día. Además tomé una chaqueta de cuero negro para taparme, aún me daba algo de pudor vestirlo, pero supongo que con un poco se alcohol el miedo se iría. OJO. SOLO UN POCO. Tomé unos tacones no tan altos y brillantes. Luego comencé a maquillarme de forma sencilla. Respecto a mi cabello lo dejé revuelto.
Las horas pasaron más rápido de lo que pensaba, Charlotte estaba en la puerta de mi casa esperando en un auto negro.
Charlotte vestía un short de cuero negro súper ajustado junto con un top de encaje negro, calzaba unas botas largas de tacón y estaba abrigada por un blazer negro. Esta chica siempre lucía sexy y con estilo, era digna de admirar. Mi figura y persona nunca pudieron entrar en esa palabra, en esa categoría "sexy". No importa cuantas veces lo intentara, siempre terminaba siendo tierna, que era una ventaja a veces, y en otras una condena.
—Estas preciosa, Char.—la saludo abrazándola.
—Tú también, Beth.
—¡Hola señorita!— un hombre moreno igual que Charlotte me saludaba, vestía un traje elegante pero su camisa estaba algo desabotonada.
—Hola, buenas noches.
—Beth, él es Luis, mi padre.
—Un gusto.—dije sonriendo.
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Reiniciando
Teen FictionBeth Dumont, una adolescente de diecisiete años es atacada cruelmente por la vida. Tras el fallecimiento de su madre debe mudarse de ciudad para vivir con su único pariente vivo, su tío, un hombre muy ocupado y bastante ausente, pero simpático. Ent...