26. La Abuela Rosa

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Era martes, pero aún así, por primera vez en mucho tiempo Ezra quiso almorzar conmigo. Decidió quitarse el tapado de trabajo y hacerse una pequeña hora para que comiéramos. Además de que me ahorraba tener que verle la cara a Alex.

—¿Qué te gustaría almorzar?

—Mmmh, no lo sé, tal vez pastas.

—Bien, entonces ya sé donde debemos ir.

Y en menos de lo esperado llegamos a un pequeño restaurant llamado "La Abuela Rosa". Apenas entré podía saborear los aromas a salsa en mi boca, por Dios, estaba haciéndose agua en mi boca. Ezra tenía un buen gusto por la comida lo aseguro.

—Y bien, ¿Cómo va la escuela? Es tú último año, ¿Qué se siente, pequeña?

—Se siente raro. Fue una mezcla de emociones, comenzó mal, que digo, pésimo. Pero ahora está un poco mejor. Y respecto a las asignaturas van bien, excepto en una que estoy trabajando por mejorar.

—Pero tienes amigos, has salido muchas veces, Beth. Seguro hasta te has fugado de clases con ellos.— y me quedo muda, solo me limito a sonreír ante sus palabras.

—Claro que no, que dices.

—Eres demasiado buena, a tú edad me había escapado al menos veinte veces en el año.— tener fachada de ángel era mi habilidad escondida. Ezra se creía mis palabras, o eso quería creer yo.

—Pero si, es verdad que hice amigos, bastantes a decir verdad.

—Me alegro mucho. Eres muy fuerte.

—Lo intento.— y antes de que la atmósfera se vuelva nostálgica Ezra hace una pregunta que no debió haber hecho.

—¿Ya decidiste qué estudiar?— aquí vamos de nuevo. Niego con la cabeza. —Toma.— me desplegó unos folletos de universidades y de diferentes carreras, y unos tres tickets.

—Oye, no me presiones.—digo haciendo puchero.

—Estamos a mitad de año, es hora de que tomes el tema con seriedad y vayas viendo opciones. Los tickets son unos pases para ir a una feria, allí te explicarán como funciona todo y también de que tratan algunas profesiones, puedes ir con dos amigos más.

—Está bien.— que divertido almorzar con tú único familiar vivo para que solamente te diga que vayas a escoger una carrera universitaria luego de que perdiste a tú madre.



(...)



El almuerzo no duró más de una hora ya que Ezra debía irse al trabajo nuevamente. Sin embargo; yo también estaría ocupada así que volví a casa para seguir trabajando en trabajo social. 

Había optado por crear bolsitas de diferentes colores para darle a los niños junto con las donaciones que habíamos conseguido. No era la gran idea, pero al menos las estaba haciendo con mis manos y con mucho cariño. Tenía suerte de haberme llevado la máquina de cocer de Brookville, mi madre odiaba cocer, pero siempre estuvo guardada en su armario. A veces se la robaba para hacerle vestidos a mis muñecas, y aunque mi madre tenía miedo de que me lastimara nunca pasó, siempre fui demasiado cuidadosa. Y no es por ser egocéntrica, pero no me solían quedar tan mal.

Pero antes de comenzar debía ponerme cómoda, así que me vestí mi pijama y me preparé un café. Luego hice el patronaje para recortar las formas y cocerlas. Pero no quería que solo fueran una bolsita de un solo color, quería que tuvieran algo más. Algo especial. Así que decido buscar ideas en mi celular, y ¡Bingo! Haría unos pequeños peluches de animales ¡Quedarán súper tiernos! Doy un brinco de emoción ante la ansiedad de comenzar.



(...)



La emoción de comenzar se había transformado en una ansiedad por terminar. Según la profesora Dakota iban a ser noventa niños, eran noventa bolsitas con un pequeño peluche. Y apenas llevaba cincuenta, me quedaban más que la mitad y ni siquiera había hecho la tarea para mañana. Mi espalda comenzaba protestar.

Suelto un suspiro pesado. Giro mi silla y doy con los tickets de la feria de la universidad en la cama. Bufo molesta, ¿Por qué apenas con dieciocho años debemos tomar una decisión importante? Una edad tan delicada y nos tiran a elegir nuestro destino, nuestro futuro. A transformarnos en adultos de mentira, porque la verdad es que no estamos listos para esto. Apenas recordamos que almorzamos y debemos hacernos cargo de nuestro futuro, claro, como si fuera tan fácil, ¿Y si nos equivocamos qué?, ¿Y si nos equivocamos pero tarde? Eso a nadie le importa, solo les interesa que digas que estudias algo para que la sociedad no te quiera marginar.

Bajo las escaleras molesta en busca de algo de comida, mi estómago me estaba suplicando. Abro la heladera y opto por tomar un vaso de leche con chocolate.

Miro el celular y llamo a Charlotte para invitarla a la feria.

—¿Beth?

—Hola querida, necesito que me acompañes a un lugar la próxima semana.

—Dime.

—Mi tío quiere que decida que estudiar, acompáñame a una feria universitaria.

—Está bien, te vendré a buscar para que vayamos.

—Invitaré a Cansu también.

—Vale, las buscaré a las dos. Ahora, ¿Cómo te sientes?

—No dije que me sintiera mal.

—Y yo que no quiero ser abogada.

—Vale, me siento molesta por lo que les conté en la escuela.

—Siento justa, Alex tiene razón de enojarse.

—¡Pero si hasta la mañana querías golpearlo!

—Obviamente porque eres mi amiga y aborrezco la raza denominada hombre. Pero si tengo que analizar la situación, él tiene sus buenos motivos para enojarse. Actúan estúpidamente los dos. Tú por tu parte te escondes como una cobarde inmadura, y él se anda con indirectas detrás de sus poemas en vez de hablarte a la cara; sumándole que debe estar haciéndose la cabeza luego de que te vio con Franco. Son idiotas.

—¿Y qué hago, genia? Me mandó a cortar pasto.

—Aclararlo cuanto antes, si es que estás interesada en él.

—Es que ese es el problema, no sé que quiero.

—Eso no quiere decir que no debas hablar con él para dejar todo en claro. Si no sabes que sientes o quieres debes decírselo; aún así no sea la respuesta que él espera, o la que tú quieras darle; porque sé que sientes presión de tener una respuesta inmediata, y no la vas a tener ahora, Beth. Pero tampoco puedes hacerle perder el tiempo a él, o hacerlo sentir mal innecesariamente por incertidumbre. Dile como te sientes y lo que te sucede. Lo que luego suceda será lo que tenga que pasar.




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Holis bellas personitas, ¿Cómo están? Yo en una montaña rusa de emociones; demasiados exámenes y experiencias nuevas.

Este capítulo es probablemente el más corto de este libro, pero era necesario.

Como lo mencioné en mi perfil antes, el 15 de junio es mi cumpleaños ¡SORPRESA SOY GEMINIANA! NO ME CANCELEN D:, soy un amor, lo juro. Para "festejar" con ustedes he decidido responder preguntas que quieran hacerme; como saben, siempre he sido muy resguardada con mi privacidad, pero esta vez responderé lo que me pregunten:), dejen aquí sus preguntitas.

Si quieren dedicatorias dejen comentarios aquí.

Que tengan un lindo día<3.


ReiniciandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora