NashKuro | Drabbles | COMPLETADA

Arena

Hola, hola. 

Volvemos a retomar este pequeño reto de dura al menos un mes. UNA PALABRA POR 30 DIAS. 

Encontre otra version de este reto con otras palabras por lo que pueden ver en la imagen adjunta. Por lo que vamos a empezar inmediatamente con la primera palabra para el dia de hoy ARENA. 

Espero que la disfruten.

En Egipto el clima es totalmente cálido todo el año, por lo que las olas de calor abundan en este lugar. Nací siendo un bebe pequeño y débil como cualquier otro bebe recién nacido, pero muchos se vuelven fuertes y resistentes a su entorno. Pero yo no tuve esa suerte, durante los días donde las olas de calor iban en aumento me escondía en las sombras con tal de que nadie me viera aunque ese asunto era algo de todo el tiempo. 

Los niños se burlaban de mi por ser débil, no ser resistente a las olas de calor, algo que todo el pueblo era capaz de soportar incluso los mas longevos, mis padres siempre me decían que no debía de preocuparme, que con tal de seguir con vida durante estas olas de calor todo saldría bien. 

Hice caso a esos comentarios de mis queridos padres, intentaba sobrevivir a las épocas de ola de calor. Aunque en los días donde la temperatura era soportable, me iba a los limites del pueblo a explorar un poco, siempre llegaba a encontrar cosas interesantes.

A pesar de tener tan solo 16 años, las cosas peculiares me llamaban mucho la atención.

Un día estando explorando en los alrededores, comencé a escuchar los gritos de las personas del pueblo, corriendo a mas no poder, encendiéndose, las madres agarraban a sus pequeños hijos en brazos y corrían. Para ese entonces no me había percato del peligro en el que me había metido. 

Hubo un pequeño detalle que omití, las tormentas de ARENA eran muy frecuentes, hoy no fue la excepción. 

Mi resistencia para correr no era la mejor pero si llegaba antes de la tormenta a algún rincón del pueblo podía refugiarme por un tiempo de la tormenta, por lo que sin dudarlo corrí lo mas rápido que podían mis piernas. 

Pero no fueron lo suficientemente rápidas.

La tormenta de arena me había atrapado, todo se volvió borroso y al final todo se torno negro.

Al principio creí que había muerto, pero seguía con vida... a duras penas. Me levante poco a poco y mire a mi alrededor, todo estaba cubierto de arena, no sabia con certeza en donde me hallaba, que tan lejos de mi hogar me encontraba. Estaba totalmente perdido.

Comencé a caminar hacia una dirección, pero al pasar los minutos la temperatura solo iba aumentando, sabia que en cualquier momento podía desmayarme. Mis piernas ya no daban mas pero necesitaba llegar a algún refugio donde pasar la noche.

De lejos escuche pasos, pero mi vista estaba tan borrosa y cansada que no podía distinguir formas completas, las siluetas se iban acercando y yo sin mas me había desmayado una vez mas.

No sabia cuanto tiempo había pasado pero sabia que estaba en un lugar fresco, escucha voces de lejos pero estaba tan cansado que se me hacia difícil todo. Con suerte alcanzaba a escuchar partes de la conversación de aquellos hombres.

Sentía el cuerpo adolorido, la vista cansada. También llegaba a sentir la arena en mis pies, brazos y cara. Y sin poder evitarlo, me había quedado dormido nuevamente.

POV normal

El joven Kuroko Tetsuya estaba siendo llevado dentro de algo, ya que este se movía constantemente aunque el joven seguía durmiendo. Los hombres que traían a Kuroko consigo eran negociadores, ladrones, etc. Su objetivo es vender objetos incluso personas como esclavos a los mas ricos de los reinos.

La primera vez que vieron a Kuroko en el desierto sabían a primera vista que podían sacarle provecho a su nueva adquision si lo vendían en el mercado negro con alguna historia inventada.

Una vez llegado a su destino, los hombres se bajaron de su vehículo para conversar con el hombre con el que iban a negociar, y antes de hablar de precio al hombre le presentaron lo que ellos llevaban como equipaje. El alto hombre rubio muy bien vestido había clavado su mirada en el bulto de cabellos celestes amordazados desde la cabeza hasta los pies. Cuando le dieron el precio lo compro sin pensarlo y alguna que otra baratija.