Capítulo 5

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El resto de la semana había acudido a reuniones y había intentado poner la mayor atención posible. Era buena en eso, en poner atención, pero todo se complicaba cuando miraba a mi alrededor y notaba que había demasiada gente.

Me sentía ahogada.

Draco no volvió a hablarme, ni a mirarme. Tal vez se sintió mal al no poder hacer la tercera prueba, una parte de mí lo comprendía ya que eso le quitaba la posibilidad de volverse mortífago, y era posible que sintiera un poco de celos al ver que yo sí había logrado tener la marca.

Aunque aún no la tenía.

La ceremonia sería en unos días en Borgin y Burkes, según Bellatrix, por lo que me estaba preparando mentalmente para ese día.

¿A quién engañaba? Hace rato que ya estaba lista para ese día.

Después del almuerzo había subido a mi habitación, y me quedé ahí, acostada en la cama mientras miraba el techo. Esperando a que pasaran las horas hasta que...

La puerta se abrió.

Ni siquiera tuve que mirar para saber quién era. La única persona que entraba a una habitación sin ni siquiera tocar la puerta como aviso, era Draco.

-¿Qué haces aquí y por qué entras sin avisar? -pregunté, aún acostada.

-Vine a cumplir mi parte del trato -emitió con una voz segura.

No me lo esperaba, para nada.

Me levanté en acto instantáneo, y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro. Draco Malfoy al menos era un buen cumplidor de tratos.

-¿Ahora? -pregunté y él asintió.

Se veía un poco mejor que los últimos días, su rostro no estaba tan pálido y sus ojeras habían disminuido, hasta se veía algo contento. Toda una novedad.

Me paré de inmediato y empecé a ponerme mis botas, ya que estaba sin ellas para no ensuciar la manta de mi cama. Y luego fui a mi armario para sacar mi abrigo, ya que se podía ver el viento azotando los árboles.

Draco y yo salimos de la habitación y caminamos hacia la salida principal de la casa, y ahí empezamos a caminar en silencio. No quería hablar con él, realmente mi único interés era conocer ese lugar y después poder volver a mi habitación sin el riesgo de perderme, así que el silencio estaba bien para mí.

La verdad es que aunque todo era muy hermoso, también era algo aburrido. No iba a mentir, me encantaba el color verde de los árboles, pero todos eran muy parecidos. No habían árboles frutales ni de otros colores, ni mucho menos flores para poder apreciar.

-¿Entonces...?

-¿Qué? -pregunté extrañada.

-¿Te está gustando el recorrido?

-En realidad no -a él no le tenía que mentir -mucho terreno y poca creatividad.

Soltó una pequeña risa que me hizo observarlo. Su perfil era bastante llamativo.

-Es un jardín. En los jardines hay árboles, ¿qué esperabas?

Me encogí de hombros y preferí quedarme en silencio para seguir el recorrido. De todas maneras iba a pasear todos los días por los jardines ahora que los conocía, ya que estaba acostumbrada a hacerlo.

Íbamos caminando en forma circular, rodeando la mansión, pero en una misma órbita, así que me pareció raro cuando Draco se desvió adentrándose un poco más a sus jardines, pero no dije nada, sólo seguí caminando a su lado.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora