Capítulo 33

202 23 4
                                    

-Señorita Astrid, aquí están todas sus cosas.

-¿Mis cosas?

-Sí, la señora Malfoy me ha pedido que se las trajera.

El elfo se fue sin decir nada más. Me paré y caminé hasta las cosas que habían dejado en mi habitación, las revisé minuciosamente, no confiaba en Narcisa así que no descartaba que dentro de esa bolsa hubiera alguna bomba o algo parecido. No me demoré en entender que eran los materiales para Hogwarts.

-¿Qué...?

Confundida salí de la habitación rápidamente para ir con Narcisa. Fui al salón pensando que estaría ahí, nerviosa, observando a todos los mortífagos caminando por su casa como si fueran dueños, pero no, en vez de encontrarme a ella me encontré a Lucios Malfoy.

No se veía como en las fotografías que estaban en la mansión, se veía mucho más acabado, pero no dejaba de tener ese encanto que tienen los Malfoy, ese atractivo natural que no se les quita ni siquiera pasando más de un año encerrados en Azkaban.

Se giró cuando escuchó mis pasos, me quedó observando con agudeza por largos segundos. Era primera vez que nos cruzábamos desde que había llegado.

-¿Quién eres tú? -preguntó.

-Astrid Cranston -contesté de inmediato.

-Sí, tu rostro se me hacía conocido -asintió con lentitud y una sonrisa, bastante difícil de ver por lo débil que fue, apareció en su rostro -Conocí a tus padres.

-Eso me han contado...

-Además que ya me han hablado bastante de ti desde que llegué -comentó, con un poco más de soltura.

-Espero que solo cosas buenas, señor Malfoy.

-Maravillas, Astrid -repuso él -¿Necesitas algo?

-Sí, quería hablar con la señora Malfoy.

-Narcisa está ocupada ahora, ¿hay algo con lo que te pueda ayudar?

Él parecía más agradable que su esposa, y no sabía si era así o simplemente lo estaba siendo conmigo. Es por eso que decidí contarle a él mi problema, presentía que me podía dar más soluciones que Narcisa.

-Cuando llegué aquí me dijeron que tenía que ir a Hogwarts porque debía de cumplir con una misión. Por si no se lo han contado, era ayudar a su hijo. Ya lo hice, no entiendo cuál es el motivo de que vaya a Hogwarts de nuevo.

-¿Por qué no quieres ir? Draco igual irá -dijo. Dejó el vaso que sostenía, ya vacío, en un mesón.

-No hay mucho que el colegio me pueda enseñar, solo un par de materias que son totalmente innecesarias para mi, como adivinación, ruinas antiguas y esas cosas -le intenté explicar -Supongo que usted sabe mejor que yo lo innecesarias que son esas asignaturas para nuestra vida.

-Entiendo tu punto, Astrid -coincide, asintiendo con lentitud -Lamentablemente esa no es una opción.

Respiré profundo, me había caído bien y no quería ser grosera.

-No tengo padres ni nadie a cargo. Llegué a este lugar sola, no para que me cuiden, sino que para servirle al señor Tenebroso, al igual que usted y al igual que todos los que están en este lugar. ¿Lo comprende?

Su mirada me recorrió entera ante mis palabras. Intenté sonar amable, pero la rigidez en mi voz por la situación sobresalía.

-Entonces, las únicas reglas que debo seguir son las del señor Tenebroso, y dudo mucho que él haga de mi padre y me envíe al colegio para terminar mis estudios, porque sería ridículo -continué -¿Entiende eso también, señor Malfoy?

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora