Capítulo 41

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-¿Qué se te da mejor?

-No lo sé...

-Vamos, ¿eres bueno soportando dolor o eres mejor haciendo daño?

Theodore no respondió, así que decidí intentar bromear con él, para que se le hiciera más liviano todo lo que estábamos haciendo.

-Eres hombre, y según Pansy, los hombres son unos expertos en hacer daño.

Theodore soltó una pequeña risa a la cual lo acompañé. No habíamos podido hacer demasiado, intenté explicarle lo que más pude sobre lo que trataban las pruebas y darle técnicas que me habían servido alguna vez a mí.

Me acerqué a él.

-Tienes que torturar a alguien, Theodore -le dije claramente -Y es mejor que te vayas haciendo la idea, porque es importante para pasar la prueba.

-No soy capaz... -murmuró.

-Lo serás, porque esa persona de igual modo va a morir -lo intenté motivar -No la hagas esperar, tortúrala, no le des tiempo para pedir piedad, porque te aseguro que eso será mucho más cruel, tener tiempo para pensar sobre lo que va a venir.

-Hasta en algo tan cruel como es torturar hay niveles -repuso en un tono triste.

-Theodore -emití, poniendo una mano sobre su hombro. Su rostro se contrajo en preocupación.

-No sé, Astrid...

-Hazlo conmigo, ¿sí?

-¿Qué? -inquirió, mirándome extrañado.

-Tortúrame, vamos, hazlo.

-No -soltó inmediatamente.

-Por supuesto que sí. Parte del dolor que se da a través de la tortura depende de ti. De si realmente me quieres dañar. Claro, para una persona que jamás ha sufrido ese dolor cualquier descarga es difícil de soportar, pero yo ya he pasado por esto muchas veces.

-¿Muchas veces? -preguntó atónito.

-Cuando te dije que me han entrenado toda la vida para esto, es porque en realidad fue así -le repetí, tomando distancia de él y dejando mi cuerpo a su disposición.

Se quedó pensativo, mirándome de arriba a abajo. Vi un segundo de valor en sus ojos, donde su varita me apuntó de forma directa, pero cuando abrió su boca, fue incapaz de pronunciar una palabra.

-No... no, no -dijo rápidamente, bajando la varita -Astrid, no soy capaz.

-Entonces déjame torturarte a ti -le dije al instante, perdiendo un poco la paciencia.

-No juegues...

-¿Cómo sabremos si vas a resistir? Vamos, Theodore, hay que ensayar algo, solo hemos hablado, y aunque el conocimiento es bueno, no es suficiente. Se requiere práctica.

Theodore respiró profundamente y terminó asintiendo.

-Bien...

Apunté mi varita y pronuncié las palabras. Lo hice despacio, sin querer lastimarlo, porque sabía que la intención con lo que lo hacía era fundamental. Y él era un chico que se había ganado un espacio en mi vida, de esas personas que me gustaba conservar. No le quería hacer daño. Aun así, no fue suficiente para que Theodore no cayera al pasto, y aunque lo intentó, tampoco pudo reprimir un grito de dolor. Paré al instante.

-Lo hice despacio...

Él asintió e intentó incorporarse, pero el aire le faltaba y sus piernas no parecían querer ayudar. Me acerqué a Theodore y me senté a su lado, verificando si estaba bien.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora