Capítulo 26

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Sentía pasos acelerados detrás de mí, eran de Draco, me había dado cuenta hace al menos diez minutos, pero lo hice recorrer todos los pasillos de Hogwarts solo para molestarlo un poco más. Además, si no se había acercado a mí ya, era porque quería privacidad, y yo se la iba a dar.

Aún me costaba reconocer los pasillos, es que solo caminaba a mis clases y al séptimo piso, mis paseos matutinos eran en los terrenos. Así que di un par de vueltas para poder encontrar un pasillo vacío.

-Si vas a hablar sobre el armario, podrías haber esperado a la tarde, Draco -me limité a decir, al darme vuelta para enfrentarlo -Y no perseguirme como un psicópata.

-Ja, ya quisieras que te persiguiera como un...

-Ay, cállate -le pedí -No tengo ganas de hablar contigo ahora. Así que si no es tanta molestia, dame el nombre de los libros que debo leer para informarme sobre el armario, o envíame un informe detallado.

-¿Por qué? -preguntó y se puso las manos en los bolsillos -¿Por qué no me quieres tener cerca, Astrid?

Y lo pregunta el muy descarado.

-¿No será que quieres escapar de mí? ¿Tanto mal le hace a tu oscuro corazón tenerme cerca?

Entrecerré mis ojos, me quería molestar como siempre.

-Mi oscuro corazón no soporta tu presencia, tienes razón. Pero no por lo que piensas, más bien porque... Es que no soporta a los ególatras como tú, ni mucho menos a los que aparentan algo que no son.

-¿Seguimos con eso?

-¿Por qué debería cambiar? Sigues siendo un miedoso, Draco.

Él rodó los ojos.

-¿Me vas a ayudar o no? -preguntó con hastío.

-No tengo otra opción -me crucé de brazos -Habla, ¿sí? Ya me cansa ver tu rostro.

-Cierto, el señor Tenebroso quiso que seas mi ayudante -me recordó -prácticamente tienes que hacer todo lo que yo te diga.

-Como sea, Draco -farfullé.

-Y quiero conversar, precisamente.

-¿Y de qué? ¿Quieres que te cuente a cuántas personas he matado? ¿A cuántos sangre limpia débiles he aniquilado? ¿Te debo sumar a ti o te hago una lista aparte con los pendientes?

Él rio. ¿Qué le hacía gracia? Que me gustara no significaba que no era capaz de matarlo si se me daba la oportunidad en algún momento.

-¿A quién besaste? -soltó.

Yo lo sabía, yo lo sabía.

-Pues a ti no, eso está claro -le respondí, y comencé a caminar por el pasillo intentando encontrar la salida. No pensaba en responderle esa pregunta -¿Qué pasó con el armario?

-¿Con quién diste tu primer beso, Astrid? -volvió a preguntar, más insistente -¿Blaise? ¿Theodore? ¿Otro idiota de Hogwarts?

-No te debo responder preguntas personales.

-Eres mi ayudante...

-Entonces vayamos a donde el señor Tenebroso y le pedimos las limitaciones de esta misión de mierda. ¿Quieres ir donde él, Draco? Lo dudo, seguro que te orinas con su presencia ahora que no has cumplido con la misión.

-¿Y tú? ¿Acaso no harías lo mismo?

-La diferencia entre tú y yo es que no le tengo miedo. Le tengo respeto, que es muy distinto.

Draco tomó mi brazo y me detuvo. Las primeras veces que tomaba mi brazo lo hacía brusco, ahora era distinto. Ocupaba la suficiente fuerza para detenerme, pero de inmediato dejaba de ejercer presión.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora