Capítulo 34

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Me sentía atrapada, como si mi camino se hubiera marcado de una manera que no me gustaba. Y era raro porque siempre supe cuál iba a ser, pero no me dijeron los detalles, no me hablaron de que lo iba a recorrer en total soledad. Porque cuando decía que no necesitaba a nadie, no sabía si era cierto. Al parecer todos tenían razón, no tenía respaldo, y aunque mi voz sonara fuerte no era autoridad suficiente para decidir por mí misma. Como por ejemplo, el hecho de volver a Hogwarts.

-Tienes una habitación para ti sola, eso es emocionante -comentó Pansy.

-Sí... -murmuré.

-¿Por qué?

-Me han nombrado premio anual, no sé muy bien qué es eso -le contesté.

-Wow, eso es genial. Significa que eres la encargada -me explicó Daphne -Como la jefa de todos los estudiantes.

Sentía que todo eso de ser el premio anual era una simple fachada, porque no me habían dicho nada al respecto, si debía seguir alguna instrucción o debía vigilar de alguna manera especial a los estudiantes.

Las cosas en Hogwarts habían cambiado, me sorprendí cuando llegué y vi todo tan gris, por las mañanas, por las tardes y por las noches, el mundo estaba danzando entre el negro y el blanco, dejando el color encerrado bajo 7 llaves. Era triste, era lo único que me animaba a entrar a Hogwarts, que dejaría de ver el deprimente paisaje de los Malfoy. Pero prácticamente era lo mismo.

Llegamos al comedor a punta de miradas. Yo no tenía ganas de pelear, de exigir que me dejaran de mirar de tal manera. Es que los rumores de que yo había matado a Dumbledore se hicieron presentes, aunque estaba la otra mitad del colegio que creía que Draco fue quien lo mató. Las chicas, sorprendentemente, no me hicieron ningún comentario, aunque claro que sus primeras miradas hacia mí fueron intensas, como si estuvieran buscando mi culpabilidad.

-Hola.

-Theo, no te vimos en el tren -comentó Pansy al verlo llegar.

-Yo tampoco las vi -respondió y su mirada recayó en mí -¿Podemos hablar?

Las chicas miraron con cierta incomodidad la escena. Theodore me miraba con un aire nervioso, y mi rostro que no destellaba ninguna emoción iba dirigido al frente.

-Nos vemos en el comedor -dijo Daphne antes de tomar a Pansy del brazo y arrastrarla hacia el lugar para dejarnos a solas.

Les quise decir que no se fueran, que lo último que me apetecía era hablar con Theodore. Pero no pude, así que levanté mi mirada y lo enfrenté.

-Ya fui clara contigo, ¿no? Yo no me junto con traidores.

-No soy un traidor -dijo él, firme.

-¿No lo eres? ¿Estás seguro de eso? -lo cuestioné, incrédula.

-No he traicionado a mi familia, Astrid, pero no pretendo ser como mi padre lo espera. ¿Por qué es tan difícil entender eso?

-¿Sabes, Theodore? No tengo ganas de discutir eso contigo. Porque sabes lo que pienso, sabes como soy. Sé perfectamente que puedes contestarte solo esa pregunta.

En ese sentimiento abrumador decidí volver a recorrer el largo camino hacia mi habitación, pero Theodore me tomó del brazo, insistiendo en hablar.

-¿Nunca te has cuestionado algo, Astrid? ¿Jamás te has puesto a pensar qué tan bien está lo que nos han enseñado?

-Sé que está bien -le respondí, mi rostro se tensó.

-¿Matar personas? ¿Perseguir a chicos que no tienen la culpa de ser de otra sangre? Disculpa si te parece ridículo que me cuestione esa mierda.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora