Capítulo 23

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¿Desde cuándo me había vuelto tan estúpida?

Theodore me dijo que explorara mis sentimientos, que lo hiciera de manera sigilosa y lenta. Pero no sabía si lo estaba logrando.

Es que no podía simplemente dejar que Draco no comiera, porque aunque le dije que solo le dejaría la comida una vez, lo volví hacer varias veces.

¿Qué pretendía que hiciera si él no pensaba bajar a alimentarse? Apenas bajaba a dormir a su habitación, la sala de los menesteres se había vuelto su hogar en el último tiempo. Y yo no podía simplemente hacerme la ciega al respecto.

Además, era visible. Estaba tan delgado que parecía un chico frágil, como si con un solo movimiento brusco se pudiera romper en mil pedazos. Y yo, como la encargada de que ese inepto cumpliera con matar al viejo de Dumbledore, debía asegurarme que no se desplomara en plena batalla.

Y esos malditos sentimientos que él generaba en mí, que me hacían querer abrazarlo, quedarme con él hasta que mis ojos quisieran cerrarse para dormir y dedicarle todo mi tiempo para cuidarlo. Esos malditos sentimientos estaban a punto de salirse de mis manos, pero yo me esforzaba para que eso no sucediera. Para que Draco Malfoy no supiera que me gustaba.

-¿Quién te gusta?

-No seas cotilla, Pansy -le pedí -solo respóndeme la pregunta.

-Pero así es aburrido -se quejó.

-Bueno, entonces no me la respondas. Se la preguntaré a otra persona.

Me paré de mi cama con la intención de irme, pero ella soltó un bufido.

-Está bien...

Sonreí satisfecha y me volví a sentar en mi cama.

-Búscate a otro -respondió.

-¿Qué?

-Si te gusta alguien y quieres dejar de sentir cosas por él, búscate a otro. Así de simple.

-¿Y a ti cómo te ha funcionado eso?

-Es un método bastante inestable, debo reconocer, pero bueno para ser temporal.

Le puse un poco más de atención, quería que siguiera hablando, ella tenía experiencia al parecer.

-Astrid, ¿sabes cuántos chicos me han gustado? Muchos, es solo momentáneo, ¿entiendes? No te debes preocupar. Pero si tanto te aflige que tus sentimientos estén creciendo, comienza a hacer una lista de las cosas que odias de él, que te hagan pensar, ¿por qué diablos me gusta este sujeto?

Qué buena idea, necesitaba algo visual, una lista que pueda leer cada vez que los sentimientos hacia Draco quieran salir de mi boca. Y estaba segura que necesitaría mucho más que medio metro de pergamino.

-Esa es una idea muy buena, gracias, Pansy.

-Me podrías agradecer diciéndome de quién se trata.

-De nadie -le dije, frunciendo el ceño.

-Uy, Astrid ya se está adaptando a Hogwarts -me molestó con una voz coqueta.

-Claro que no -le dije, parándome de la cama -no comentes esto con nadie, porque juro que no estarás viva mañana.

Pansy rio mientras yo salía de la habitación, ¿cómo decirle que hablaba en serio? Que es algo tan personal que si salía de su boca sería capaz de... No, tal vez, no la iba a matar, solo torturar para que aprenda a no ser una chismosa.

Caminé hacia la sala de los Menesteres, como todos los días, pero justo en el quinto piso me encontré a Harry Potter, solo, pero con muchas intenciones de seguir subiendo las escaleras. Ya lo había vigilado, debía de hacer el trabajo que Goyle y Crabbe no hacían. Es que eran inútiles, así que le exigí a Draco que no les pidiera más ayuda si no quería arruinar el plan.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora