Capítulo 19

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El tiempo pasaba y mi enojo hacia Draco aumentaba. Le dije cosas que eran ciertas, antes y después de ese incidente. Le dije que me sentía sola, y también le dije que vendría corriendo hacia mí.

Y estaba tan segura que lo haría, tanto que esperaba con ansias cada día que tocara la puerta de mi habitación, que me topara en un pasillo o pidiera hablar conmigo cuando entrara a la sala común. Quería que llegara ese momento para decirle con fuerza que se jodiera.

¿Iba a decirle eso? No, por la maldita razón que sabía que no podía hacerlo solo, y aunque en ese momento me daba lo mismo dejar una misión de lado dado al grado de enojo que sentía, y mi desprecio por trabajar con Draco, estaba en juego mi vida.

Bellatrix quería que su sobrino triunfara, y es que la entendía, ¿a quién le gustaría tener un inepto dentro de la familia? A nadie. El maldito problema era que yo estaba a cargo de que él brillara tanto como el sol al matar a Dumbledore, para hacer que el apellido Malfoy escalara nuevamente a su trono.

¿Por qué te fuiste, abuelo?, ¿por qué?

Él sabría qué hacer, él me hubiera enseñado a manejarlo... Él no hubiera permitido que me trataran como una cualquiera, que estuviera cumpliendo misiones sin ni siquiera tener la dicha de tener una marca en el brazo.

-Vas a romper el pergamino -Theodore interrumpió mis pensamientos.

Yo solté la pluma y pasé las manos por mi rostro, frustrada, intentando tranquilizarme. Ya había pasado un mes de lo sucedido, pero mi enojo aún seguía al igual que la impotencia de no poder hacer nada por cambiar las cosas.

-¿Es por lo de Draco? -preguntó él.

-No -le mentí.

Él no sabía lo que realmente había pasado, la verdad, Theodore solo observaba y podía darse cuenta de lo que pasaba. Así que me facilitaba el trabajo de tener que hablar de lo sucedido. ¿Se imaginará la vergüenza que me hizo pasar su dichoso amigo?

-¿No?

-Bueno, sí -le dije, mirando mi pergamino como si lo quisiera asesinar -Es tan idiota, que ni siquiera se da cuenta que lo único que hace es joderse -lo miré -Dime, Theodore, ¿en qué momento te das cuenta de tus errores?

Theodore abrió la boca con la intención de hablar, pero yo proseguí.

-O no, mejor, ¿en qué momento te das cuenta que realmente eres incapaz de hacer algo, que tus capacidades no van más allá de lo básico, ordinario y lo patético?

-No sabía que mis capacidades eran limitadas... -susurró con extrañeza.

-¡No me refiero a ti! -exclamé -¿Qué pasa con los hombres? ¿Acaso a todos les falta una parte del cerebro?

Se escuchó un fuerte Shh por parte de la bibliotecaria, estaba tan cabreada y enojada que tuve un instinto de maldecirla en voz alta por callarme, pero aunque mi mano se movió a mi varita, no la alcé.

Respira, Astrid, respira...

-Creo que no te estoy entendiendo del todo... -musitó Theodore con pizca de nerviosismo -¿Hice algo mal?

Yo cerré los ojos, tomé una respiración profunda y negué.

-¿Entonces qué tan mal se comportó Draco contigo para que llegue a descontrolar tu humor?

Ahí estaba el chico listo que conocí.

-Se comportó de la peor manera. ¿Qué no entiende que solo quiero ayudarlo?

-Yo pensé que era por el tema de... ya sabes, la atracción.

-¿Qué? -negué con la cabeza -No, eso terminó siento una estupidez. No le gusto a Draco, de lo contrario no se hubiera comportado de esa forma tan... estúpida, no hay otra palabra para definir cómo se comportó. Oh, sí, también grosera. ¿Sabes que Draco es muy grosero? No tiene modales, ninguno. Realmente no sé qué le enseñó su familia en estos 16 años, era mejor que naciera como un asqueroso muggle sin duda.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora