Capítulo 9

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Mi pecho estaba apretado y sentía que me faltaba el aire. Miraba a mi alrededor y podía ver como las personas se multiplicaban, haciendo el lugar cada vez más pequeño.

-No me toques -musitó Draco.

Me alejé de él, es que en algún momento me presioné junto a su brazo entre el pánico que me estaba causando la gente. Estaba controlándome para no sacar mi varita y matarlos a uno por uno, para después hacer desaparecer sus cuerpos. Habría mucho más espacio si fuera así.

-¿Recuerdas que debes comportarte como una chica normal, Astrid? -preguntó Narcisa con un tono que me llegó a ofender.

-Como una chica ordinaria, entiendo.

-Sólo debes mirarla para darte cuenta que no es normal -le comentó Draco a su madre.

No me quería poner a pelear con él, no entre las personas ni frente a Narcisa. A ella no le caía muy bien, se notaba.

Narcisa se despidió de Draco con un fuerte abrazo, aunque este estaba un poco esquivo ante el afecto de su madre. Y de mí, se despidió de una débil sonrisa.

Me apresuré a subir al tren detrás de Draco, escapando de la multitud.

-Aprovecha a que aún es temprano y hay compartimientos vacíos -me sugirió Draco.

-¿Dónde estarás tú?

-¿Te importa?

-Si crees que me voy a separar de tu lado, estás muy equivocado, Draco. No lo haré -miré a mi alrededor, algo paranoica, es que las personas estaban empezando a subir -¿Por qué el tren es tan pequeño?

-No es pequeño.

-Pues siento que me falta el aire -murmuré, tocando mi pecho.

Draco me dio una mirada de cansancio y tiró de mi brazo con fuerza para que lo siguiera. Me iba a zafar de él y decirle que no me tratara como si fuera una muñeca, pero entre más rápido me separara de las personas que entraban al tren, mejor.

Me llevó a un compartimiento que ya estaba ocupado por tres personas. Un moreno, un castaño y una chica de cabello oscuro. Todos me quedaron mirando extrañados. Miré el compartimiento y conté el número de personas que éramos, en total 5, y para mí, el lugar era demasiado pequeño para esa cantidad de personas. Me iba a sofocar, de eso estaba segura.

Me quedé mirando al moreno fijamente.

-¿Puedo ir del lado de la ventana? - le pregunté.

Él me miró divertido y un poco desconcertado.

-Compórtate normal -musitó Draco en mi oído.

-No tengo problema -dijo el chico, levantándose de su asiento para dármelo.

Me senté rápidamente y abrí la ventana dejando que entrara aire. Respiré profundo y sentí el alivio recorrer mi cuerpo. Mi pecho dejó de sentir esa horrible presión y pude relajarme. Giré mi cabeza y observé que todos me estaban mirando de manera extraña.

Y Draco con una cara de fastidio a más no poder.

-Astrid -dije, queriendo responder a la pregunta que me hacían con sus caras -soy prima de Draco.

Sí, habíamos acordado con Bellatrix que diría eso. Sería la prima perdida de Draco.

-No sabía que tenías una prima, Draco, ni mucho menos así de bonita -el moreno que tenía a mi lado me sonrió abiertamente y tendió su mano -Blaise Zabini -se presentó.

Le devolví la sonrisa de manera cordial y estiré mi mano para recibir la suya, pero en vez de eso, la tomó y se la llevó a sus labios, dejando un pequeño beso. Le saqué mi mano lo más rápido que pude, haciendo que todos me miraran aún más extrañados.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora