Capítulo 32

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Era la primera vez que estaba haciendo algo importante, la primera vez que me sentía útil como mortífaga, como persona que fue criada con el propósito de servirle al señor Tenebroso.

Tal vez era la capucha, la altura en la que estaba y toda la adrenalina que estaba recorriendo por mis venas durante esa noche.

Al ver lo que estaba al frente de mí, al contrario de mis compañeros, solo me emocionó más. Sí, eran alrededor de siete Harry Potter con un guardián cada uno, habían siete posibilidades, y nosotros debíamos atrapar al correcto sin importar a quién pasáramos a llevar.

Y yo quería atrapar a Harry Potter.

Tenía una ventaja, había pasado todo un año observándolo en los pasillos, mirando sus torpes pasos y sus estúpidas expresiones de sorpresa, de miedo, de asombro y alegría. Conocía sus movimientos, tanto voluntarios como involuntarios, así que debía de ser yo quien lo atrapara.

Cada Harry Potter reaccionó tan rápido como pudo, intentando escapar de todos los mortífagos. Éramos demasiados y ellos no esperaban que nosotros estuviéramos ahí. Creían que con esa fachada nada les pasaría. Así que apenas nuestras miradas se cruzaron los primeros destellos comenzaron a aparecer e iluminar la noche.

No tenía miedo de herir al Harry equivocado, cada persona que estaba ahí, de cualquier bando, sabía que la vida era algo que podíamos perder. Y yo no tenía miedo a perderla.

Pero no sabía quién era el verdadero Harry, por más que me esforzaba, era difícil ver de noche, así que una idea pasó por mi mente. Comencé a tirar hechizos a las jaulas que sostenían, el primer Harry a quien alcancé ni siquiera se inmutó, así que perseguí al segundo, esperanzada de poder conseguirlo, pero este solo hizo una expresión de miedo cuando pensó que el hechizo lo iba a herir a él.

Me detuve un momento, miré a mi alrededor y pude divisar a un Harry Potter junto a Hagrid, habían más mortífagos que iban detrás de ellos y por instinto me les uní. Todos los hechizos rozaron la cabeza de ambos, intentaban dar con alguno, pero eran rápidos, el extraño vehículo en el que iban era veloz, aunque se veía algo anticuado y poco estable.

Así que apunté a la lechuza y pude escuchar lo que esperaba del verdadero Harry.

-¡No! ¡NOOO!

Era Harry, su grito de dolor cuando su lechuza se desplomó en la jaula lo delató.

-¡Hedwig! ¡Hedwig!

Ya segura de que estaba siguiendo al Harry correcto, aceleré en mi escoba tras él. No podía matarlo, lo tenía prohibido, pero necesitaba atraparlo.

Cuando aceleré, ellos también lo hicieron, y de pronto de su tubo de escape salió un ladrillo que se convirtió en una gran pared, parecería cómico en otros momentos, pero me llenó de rabia, porque tuve que llevar mi escoba a una gran altura en una maniobra riesgosa para poder esquivarlo, dejando que los mortífagos que iban detrás de mí chocaran con ella.

Furiosa, volví a la carrera, iba a conseguir mi objetivo. Pero esta vez salió una gran red del tubo de escape. La pude esquivar con facilidad y le tiré una maldición a la motocicleta que lograron esquivar.

-¡Esto los detendrá, Harry! ¡Sujétate fuerte! -fue el bramido que alcancé a escuchar de Hagrid antes de que otra cosa saliera del tubo de escape.

Esta vez fue un chorro de fuego de dragón, blanco y azul, tan fuerte y potente que me alcanzó. Mi escoba comenzó a incendiarse con una rapidez impresionante, dejándome nulo tiempo para pensar en algo.

Lo único que pude hacer para no caer de mi escoba, fue aguantar el dolor que me estaba provocando el fuego y llegar a tierra firme. Cuando lo hice llevé mis manos directo a la tierra. Una de mis manos se había alcanzado a quemar, ya que tuve que mantenerla en la madera para no caer de la escoba.

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora