Capítulo 24

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Cama grande, sábanas limpias, esencia de gardenias y un buen libro. No había nada mejor en esos tiempos.

Draco sin darse cuenta me había regalado la mejor de las alegrías esos días. Su cama era cómoda, pero realmente cómoda. No era ni tan blanda ni tan dura. Y sus almohadas también, además de que le había puesto unas sábanas suaves que me hacían recordar a las que tenía en mi casa.

No iba a mentir, en realidad al principio todo era muy incómodo. Llegar al espacio de Draco sin él, pero a la vez lleno de él, era raro. Pero le puse un poco de mí y mi cuerpo se comenzó a acostumbrar. Aunque me costó sacar el olor a su fragancia, que no me molestaba, era exquisita, pero quería tener un momento para mí, para recordar a la vieja yo.

Descansada como una bebé me levanté, ordené todo a la perfección y cambiándome de ropa me dirigí a mi habitación. Las chicas dormían plácidamente, así que aproveché de irme a bañar y a arreglarme para evitar todo el cuestionario que sabía que harían cuando me vieran.

Era sábado, así que fui a dar mi usual paseo mañanero con mucha más tranquilidad de lo común, hasta me di el tiempo de leer bajo un árbol unas cuántas páginas de un libro. Al sentir la esencia a gardenias otra vez me sentía extrañamente relajada, como si nada me pudiera afectar.

Ya cuando pensé que era una hora prudente, me dirigí al Gran Comedor a desayunar. Theodore estaba ahí, comimos juntos y charlamos sobre algunos deberes, hasta que Daphne y Pansy llegaron, dejándome rodeada.

-Otra vez no dormiste en la habitación -aseguró Pansy.

-Es tercera vez esta semana -agregó Daphne.

-¿Vas a otra cama o simplemente pasas las noches por los pasillos escondida con alguien?

-Tal vez pasan las noches en la torre de astronomía, eso es muy romántico.

Yo solo miré a Theodore fijamente, mientras él fruncía su ceño con extrañeza.

-¿Theo, eres tú con quien Astrid de acuesta? -inquirió Pansy, sorprendida. Theodore no alcanzó a responder -¡Oh por Merlín, eres tú!

-¡No! -exclamé de inmediato.

-Entonces es Blaise, no me digas que se terminó enamorando de ti.

-No es Blaise, no es... ¡No es nadie! No paso mis noches con nadie, ya se los he dicho un millón de veces.

-Ay, cariño, puedes confiar en nosotras -dijo Pansy.

Solté un gruñido y cerré mis ojos, intentando controlarme.

-Theodore -le dije en un tono firme -Acompáñame a la biblioteca, necesito urgente tu ayuda con algo.

-Sí, necesita su dosis de besuqueo diario -comentó Pansy en un tono divertido.

Yo me paré de golpe y me alejé de ellas, repitiendo una y otra vez en mi cabeza que no las podía matar, porque en serio sentía ganas de hacerlo. Theodore me siguió, pude ver la sonrisa que llevaba en el rostro cuando estábamos afuera de la biblioteca.

-¿Qué te sucede en la cara? -inquirí en un tono grosero.

-¿Con quién pasas las noches, Astrid? -preguntó de inmediato -No soy un entrometido, o al menos eso creo yo, pero en serio me mata la curiosidad.

-Creo que prefieres que te mate la curiosidad a que te mate yo, Theodore -le respondí y entré a la biblioteca. Pero él seguía sonriendo divertido -Sé lo que piensas.

-¿Sí?

-Sé que piensas que paso mis noches con Draco.

-¿Y me equivoco?

Donde termina la oscuridad [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora