Lo prometido es deuda, así que aquí tenéis el primer capítulo de "¿Y si tienen razón?" que es la segunda parte de "¿Y si no vuelvo?". Si no te has leído el anterior, te aconsejo que pares en este mismo instante y vayas a leer el otro.
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Sam
— ¿Sam?¿Estás bien?— dice mi madre buscando mi mirada.
Niego mirando hacia el suelo.
— No me podéis hacer esto— se miran confusos— Hade un año dijisteis que nos quedaríamos aquí, y ahora que ya he rehecho mi vida me queréis alejar de nuevo.
— A tu padre le han dado la oportunidad de volver para los años que le quedan a casa— se excusa mi madre.
— Decidí alejarme de mis amigos de allí por volver a hacer mi vida aquí.
Mis padres me miran sin ninguna expresión en sus rostros.
— Por si os interesaba había vuelto antes para daros una sorpresa y contaros que me habían aceptado para hacer el curso que viene otra vez en Los Ángeles, pero ahora la sorpresa me la he llevado yo...
Mi madre se acerca y pone una de sus manos sobre mi hombro.
— Siento decirte que no podrás hacerlo, hemos estado hablando tu padre y yo y hemos pensado que una cosa era que estuvieramos aquí y tu allí pero yéndonos a España no queremos estar a tanta distancia.
Levanto mi mirada y la miro sin ninguna expresión, agarro mis cosas y comienzo a avanzar hacia las escaleras.
En cuanto llego a mi cuarto cierro la puerta y mi espalda se desliza por esta hasta sentarme en el suelo.
Llevo mis rodillas hacia mi pecho y me abrazo a las piernas. No pasa mucho rato hasta que se me viene a la mente Leo.
— Ahora es cuando todo se jode de alguna forma, si es que no está ya jodido— me incorporo y me dirijo hacia mi ventana— ¿Qué es lo que he hecho para que cada vez que soy feliz haya algo que me jode toda esa felicidad?
Leo me pidió que cuando llegara a casa le enviara un mensaje de que ya estaba en casa y que estaba bien, pero ahora no sé si voy a ser capaz de decirle nada. Se que debo y está preocupado pero no me apetece contarle ahora lo de España.
***
Estoy sentada en la silla del escritorio con mis pies sobre el mismo, cuando alguien llama a mi puerta.
— Adelante— digo sin mucho ánimo de hablar con nadie.
Mi hermana entra y se sienta sobre la cama.
— ¿Qué quieres Mia?— le pregunto sin separar la vista de mi teléfono.
— Por lo que me han dicho papá y mamá, no te hace especial ilusión que volvamos a casa.
— La verdad ahora mismo no— digo seria.
— Siempre quisiste volver a casa, rogabas, te enfadabas, llorabas hasta que un día aceptaste que no servía de nada aquello.
Recuerdo todas las veces que hice eso para intentar algo que nunca iba a llegar.
— Se que es difícil tener que dejar de nuevo una vida aquí y volver a la anterior, pero es lo que hay, no podemos hacer nada.
— La cosa no es quedarme aquí, que también, sino ir a Los Ángeles el curso que viene, eso es lo que me fastidia, no me dejan ir aunque estemos en España— le confieso.
— Entiende que lo hacen por tu bien, estarás muy lejos— intenta convencerme.
— Tú tampoco me entiendes— me cruzo de brazos y miro a la pared— Nunca me vais a entender.
— Si que te entiendo...— la interrumpo antes de que pueda seguir hablando.
— Te equivocas, si me entendieras te pondrías de mi parte y no de la suya— cojo aire y sigo— se que ellos aceptaron ya que pensaban que a mi no me aceptarían para hacer las prácticas allí, no tenían confianza en mí. Eso es lo que más me jode— digo con rabia.
Es cierto, mis padres nunca han confiado en mí, siempre han pensado que no llegaría a ningún lado, que no conseguiría las cosas que me propongo...
— Mejor vete, no me apetece seguir hablando— le digo a mi hermana mientras vuelvo a coger mi móvil.
— Sam, entiéndelos— me pide.
— Vete ya Mia.
Me hace caso y se marcha cerrando la puerta a su salida. Pero mi padre no tarda en entrar para ser el segundo en molestarme.
— ¿Sam?— no le contesto y él se sienta en la cama— Imaginamos que no has traído todo lo que tienes en Los Ángeles así que tendrás que ir en una semana a por el resto de las cosas.
¿Enserio tiene la cara de decirme que no voy a ir a Los Ángeles el próximo año y ahora me pide que vaya a recoger mis cosas de allí para llevarlas a España?
— No, no he traído todas.
— ¿Por qué no quieres irte? Es lo que has querido desde que llegamos aquí.
— Mi mentalidad ha cambiado, he cambiado, y ahora estáis volviendo ha hacer lo que hicisteis cuando nos trajisteis aquí, nos arrastráis con vosotros a donde vais, teniendo que dejar nuestras vidas atrás, de nuevo.
Se que mi padre está sorprendido por lo que le he dicho, es cierto, he cambiado, este curso en Los Ángeles me ha hecho ver las cosas de otra manera y en eso me ha ayudado Leo.
— El viernes irás a Los Ángeles a por tus cosas y regresarás el lunes— me avisa— los camiones de la mudanza se llevarán las cosas el domingo por la noche— yo asiento.
No me puedo enfrentar a mis padres, no con esto, supongo que no volveré a Los Ángeles después de esos tres días.
***
Leo
Sam aún nome ha mandado ni un solo mensaje, se que igual está cansada y se ha dormido pero necesito saber si ha llegado bien.
— Deja ya el teléfono— me manda Axel.
— No puedo, estoy esperando un mensaje de Sam— le digo mientras miro el teléfono.
Es lo único que he hecho desde que se montó en el avión.
— Sabes que está bien, no le va a pasar nada, no va a tener ningún accidente ni nada así que tranquilo, a parte ahí deben de ser las once de la noche.
Se que hay una hora más pero necesito saber como está, le debería haber dicho que me mandara un mensaje cuando se bajara del avión y no cuando llegara a casa.
Me decido a escribirle un mensaje
Espero que hayas llegado bien, iba a esperar a que me enviaras un mensaje pero he pensado que igual te has quedado dormida y se te ha pasado. Es normal, tienes que estar cansada.
Te dejo descansar, te quiero.***
Sam
Al levantarme lo primero que hago es mirar el teléfono y veo el mensaje de Leo, se que después le partiré el corazón pero ahora mismo no lo puedo dejar, tengo que contestarle.
Supongo que será mejor dejarle cuando este en España, cuando no pueda venir a decirme nada.
Sí, en cuanto llegué me quedé dormida, pero he llegado bien.
Gracias por preocuparte, te quiero.
Me duele escribir esas palabras cuando se que le tengo que dejar, tengo que hacer como si todo estuviera bien.
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¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...