Sam
Me encuentro otra vez frente a la puerta de Axel y Leo pero como las anteriores ochenta veces que he estado ahí salgo corriendo hacia mi casa sin poder llamar y hablar con ellos.
Cuando el ascensor se cierra, con mi espalda pegada a la pared, me deslizo hasta quedarme sentada en el suelo con las manos en la cabeza.
- No puedo hacerlo, no puedo- me digo a mi misma.
***
Leo
- Voy a ir a mirar algunos móviles, en un rato vuelvo- aviso a Axel.
- ¿Has decidido salir?- dice sorprendido.
- Sí, y también comprarme un teléfono nuevo.
Se que es raro que decida salir por mi cuenta, sin que nadie me arrastre de casa o sin que sea para ir a trabajar, pero necesito tener algo para entretenerme y no estar todo el día con el ordenador, mirando por la ventana o al techo, lamentándome de mi existencia.
- De acuerdo, como quieras.
En cuanto salgo por la puerta un olor conocido se cuela por mi nariz.
- Es el olor de Sam...- digo en un susurro-. Dejate de tonterías, ella está en España- me digo a mi mismo para centrarme.
Conforme voy avanzando por el pasillo ese olor se hace cada vez más y más intenso, como si tan solo hubieran pasado unos segundos desde que ella habría pasado por aquí.
Una vez dentro del ascensor me apoyo en la pared y echo la cabeza hacia atrás hasta que esta pega contra la pared. Cierro los ojos intentando aceptar que el olor es producto de mi imaginación.
***
Sam
- Llevas intentándolo días- dice Lisa llevándose un trozo de chocolate a la boca.
- Lo sé, pero no puedo, me da miedo.
- Sam, es Leo, no te va a hacer nada- dice Álvaro convencido.
- Lo sé... pero es pararme frente a la puerta y toda mi valentía se desvanece.
- Tienes que hablar con él, por lo menos antes de que se entere, has tenido mucha suerte de que no se enterara en estos días- me recuerda Lisa.
- Sí, la he tenido y se que tengo que acabar con este sufrimiento lo antes posible, pero no puedo.
- Vas a hacer una cosa- me dice Lisa-. Vas a salir por esa puerta y vas a ir directa ahí y nosotros te estaremos esperando desde donde el ascensor, así nos aseguraremos de que no te vas a ir y si quieres también te puede servir de apoyo emocional.
Tiene sentido lo que dice, pero tienen toda la razón, tengo que ir y enfrentarlo.
- Voy a ir- digo poniéndome en pie, ahora.
Nada más decirlo agarro mis cosas y me dirijo hacia el ascensor.
No tardo mucho tiempo en volver a estar frente a su puerta pero esta vez llamo al timbre. Durante unos segundos pienso que no hay nadie y justo cuando estoy a punto de irme escucho la puerta.
- ¡Sam!- la cara de Axel es de felicidad al verme.
- ¿Puedo pasar?- digo tímidamente.
- Sí, claro- me deja pasar-. ¿No estabas en España?
- Me he escapado de casa- confieso por decima vez en estos días.
- Espera ¿¡qué!?
Abre los ojos como platos.
- ¿Hace cuanto que has vuelto?
- Hace casi una semana...- Axel abre la boca para decir algo pero no le dejo-. He estado muchas veces estos días frente a la puerta, pensando en llamar, pero tenía miedo.
- Sabes que no hay ningún problema, lo entendemos.
- Quiero hablar con Leo pero me da miedo joder.
- Leo está deseando hablar contigo.
- ¿Está él aquí?- pregunto mirando por el pasillo.
- No, has venido justo en el momento que él no estaba, se ha ido hace un rato.
El miedo se empieza a apoderar de mí, mi corazón empieza a latir rápidamente.
- Sabes qué, creo que ha sido mal momento para aparecer, igual mejor me voy.
Digo avanzando hacia la puerta.
- No, espera, no te vayas, Leo se va a alegrar de verte- dice agarrándome del brazo.
- No estamos seguros de eso.
- Lo más seguro es que llegue enseguida, espera un poco. No has viajado hasta aquí para nada.
- Lo siento, pero me voy, no puedo.
Cada segundo que paso aquí mi corazón se acelera más y más, necesito irme de aquí, lo necesito ya.
Consigo deshacerme de su agarre y salgo por la puerta, corro hasta el ascensor y cuando ya me alejo Axel cierra la puerta de casa.
Siento un alivio cuando me meto en el ascensor y se cierran las puertas. Siento que puedo respirar tranquila.
***
Leo
Al salir del ascensor me viene otra vez ese olor y esta vez es más intenso que cuando me he marchado y eso que ha sido hace horas.
Camino por el pasillo jugando con las llaves intentando distraerme para no pensar en ese olor, en el olor de Sam.
- Hola- digo en cuanto entro en casa.
El olor es muchísimo más intenso aquí dentro...
- Leo- Axel se acerca a mí super rápido-. Me va a matar por decírtelo, pero es un riesgo que tengo que correr.
No entiendo nada de lo que dice.
Lo miro un poco confuso y asustado.
- Sam ha estado aquí, llegas ha aparecer un minuto antes y te cruzas con ella por el pasillo.
Espera... Sam... ¿Está en Los Ángeles? No entiendo nada. ¿Qué coño está pasando?
Mi cara de confusión se lo dice todo.
- Explícamelo- le pido.
- Sam ha venido y quería hablar contigo, ha estado aquí en casa y parece ser que más de un día ha estado frente a la puerta a punto de llamar, pero nunca se ha atrevido. Apareces un minuto antes y te la cruzas.
Para cuando me doy cuenta ya estoy corriendo por el pasillo hacia el ascensor. Por suerte ha pasado tan poco tiempo que el ascensor sigue aquí.
Me apresuro a meterme dentro y a presionar el piso correcto.
No me puedo creer que ella esté aquí, eso es imposible, esto tiene que ser una alucinación, necesito ir a comprobarlo.
El tiempo que paso en el ascensor se me hace eterno, pero en cuanto salgo de él, no dudo en ir lo más rápido que puedo hacia su puerta y sin pensarlo, toco el timbre.
Cuando la veo abrir la puerta me quedo sin aire y paralizado.
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¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...