Sam
La verdad, estoy tranquila. Se que ahora puede haber gritos en cuanto entre en casa pero voy a pasar de todo e ignorarlos un poco, y espero que con Leo a mi lado no se les ocurra gritarme mucho.
En cuanto entramos veo a mis padres girarse hacia la puerta. Los dos están sentados en el sofá viendo la tele. Intento no hacerles mucho caso y voy directa a mi cuarto sin soltar la mano de Leo haciendo que me siga.
Creo que prefiero no dejarlo junto a mis padres solo, no quiero saber que puede salir de sus bocas.
— ¿Acabas de pasar de tus padres?— dice dejándose caer en la cama.
— Sí, luego si eso ya hablaré con ellos, antes de irnos, supongo.
— ¿Supones?
Pongo los ojos en blanco antes de observar mi armario e ir sacando algunas cosas de mi armario y dejándolas sobre la cama.
Unos golpes en la puerta de mi habitación nos sorprenden a los dos. Justo antes de responder veo como se abre con cuidado la puerta y mi madre aparece.
— Sam, ¿podemos hablar?
Miro a Leo y él me devuelve la mirada con confusión
— Supongo que sí— digo un poco aterrorizada.
Se que lo próximo que vienen son gritos y más gritos, mi madre intentando convencerme de que me vaya con ellos y diciendo que no voy a llegar a nada en esta vida.
— Yo... creo que me voy a ir— escucho decir a Leo.
Al girarme hacia él veo que se levanta y le empujo de los hombros para que se siente en la cama de nuevo.
— Tú no te vas a ir.
Él obedece y se queda observándonos a mi madre y a mi. Me giro hacia mi madre para que hablemos.
— Nos has ignorado durante toda la mañana— dice en un tono que me sorprende.
— No tenía ganas de hablar— miento.
— Nos ha sorprendido verte entrar por la puerta tras no responder los mensajes ni las llamadas...
— Necesitaba algunas cosas.
Noto que Leo me da un pequeño golpe en la pierna.
— No sé si habrás leído los mensajes pero mañana nos vamos, nos volvemos a España, tú padre y yo. Es tu última oportunidad para decidir volver con nosotros o quedarte aquí.
— Ya sabes la respuesta, me quedo aquí.
— Lo suponía...
Me sorprende que mi madre aún no se haya puesto a gritar como una loca para que me vaya con ellos.
— Creo que por mucho que queramos cosas diferentes... no nos deberíamos ir enfadados.
Miro un segundo a Leo antes de volver a clavar la mirada en mi madre.
— Es difícil no enfadarse cuando me queréis arrastrar con vosotros...— confieso.
— Se que no ha sido la mejor reacción, ni la tuya ni la nuestra, creo que las cosas se podían haber hablado...
Empiezo a notar como por mi cerebro empiezan a pasar un montón de recuerdos que me han hecho llegar hasta ese momento.
— Creo que mejor me voy a ir a fuera— escucho decir a Leo.
No aparto la mirada de mi madre pero puedo ver como pasa por detrás de esta para salir por la puerta.
Nos quedamos las dos solas en mi cuarto.
— He estado hablando con tu padre...
Me pone una mano en el hombro y yo se la aparto.
***
Leo
Cuando salgo del cuarto veo al padre de Sam sentado en el sofá.
— Hola— saludo.
— Hola.
Se puede notar que su padre esta algo nervioso, no me extraña, últimamente solo han discutido, supongo que quiere que todo salga bien.
No tarda mucho en levantarse del sofá y dirigirse hacia mí.
— Tú eres el novio de Sam ¿no?
Su pregunta me sorprende. ¿A caso no me vio el otro día?¿A caso no escuchó a su hija?
— Sí, soy Leo.
Sinceramente espero no cagarla en esto.
— Yo me llamo Javier.
— Encantado de conocerle— me da una pequeña sonrisa sin dientes y dudosa.
Voy a decir algo justo cuando escucho que salen unas palabras de su boca.
— He intentado hablar con su madre— empieza—. He intentado convencerla de que nos fueramos sin ella, de que todo este bien con ella y nos fueramos, pero es muy cabezota, y Sam ha cambiado mucho desde que está aquí.
Lo miro confuso.
— ¿Cómo que ha cambiado?— pregunto
— Sam siempre ha sido muy obediente con nosotros, siempre nos ha hecho caso, el comportamiento del otro día nos sorprendió mucho pero supongo que es porque lucha por algo que quiere de verdad. Sam, nunca antes nos habría hablado así.
Me sorprendo al escuchar eso.
— Puede que no conozca tanto a su hija como usted pero ella es increíble, ha trabajado muy duro este año pasado y puede que el hecho de comenzar una vida lejos de ustedes dos ha conseguido que madure y se de cuenta de lo que realmente le gusta.
— Su madre piensa que si se mete por el camino de la moda no va a conseguir nada, tiene miedo de que no acabe la universidad y que lo eche todo a perder, y no voy a mentir y decir que yo no tengo ese miedo... Si que lo tengo pero no se lo demuestro, solo te pido que si se queda aquí, que se va a quedar, intentes que no se distraiga o que la ayudes en todo, tú o cualquiera de vosotros.
— Lo haremos, estaros tranquilos, yo mismo me aseguraré de que no se distraiga mucho y que se esfuerce.
Supongo que siendo Sam es difícil decirle adiós, es una chica encantadora, supongo que para sus padres no será facil tener que estar tanto tiempo tan lejos de ella.
— ¿Te puedo pedir otra cosa?
— Sí, claro— le aseguro.
Claro que me puede pedir otra cosa, sobre todo si tiene que ver con Sam.
— No la dejes abandonar nunca— lo miro confuso—. Es muy posible que al minimo fallo que tenga se desanime y quiera abandonar algo que le guste, ya lo hizo una vez, y no quiero que lo vuelva a hacer. Si consigue ser alguien en este mundo de la moda en el que la estais metiendo protégela, ella es muy frágil.
— Siento decirle que está equivocado— me mira algo confuso—. Nunca la dejaré abandonar nada, la apoyaré en lo que haga falta y claro que la voy a proteger de todo lo que le pueda hacer mal, pero esta equivocado pensando que Sam es muy frágil, su hija es muy fuerte, sabe afrontar cosas sola, pero nunca lo va a tener que hacer, por lo menos mientras yo esté a su lado.
— Puede ser que me equivoque y que en este año haya cambiado.
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¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...