Capítulo 38

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Sam

No es que no me gusten las demostraciones de amor en público, pero saber que Leo y Clara tuvieron algo en el pasado hace que esté algo incómoda cuando ella está delante y él y yo estamos juntos.

Ella dijo que todo estaba bien, que no le importaba, pero me sigue pareciendo incómodo, no creo que a ella le guste que nos estemos besando enfrente suya, soy su amiga y él, en fin, es su ex.

Cuando entramos en mi apartamento tiro las cosas sobre el sofá y yo caigo tras ellas en él.

Oigo los pasos de Leo viniendo hacia mí tras cerrar la puerta.

— ¿Cansada?— dice parado al lado del sofá.

— No, solo que me gusta suspirar— digo en tono irónico.

Él se agacha a mi lado y yo giro la cabeza para poder respirar y mirarlo.

— Tengo un plan que te puede gustar mucho— dice con una pequeña sonrisa en la cara.

— ¿Dormir?— digo haciendo que cambie su expresión.

— No— dice levantándose.

Se lo que quiere pero le quiero hacer enfadar un poco.

Me siento en el sofá y lo miro fijamente.

— ¿Y qué es lo que quieres?— digo antes de darle una sonrisa malvada.

Se acerca a mí de nuevo y se vuelve a agachar hasta que queda su cara a la altura de la mía.

— Se que lo sabes.

Sus ojos bajan a mis labios y vuelven a subir a mis ojos.

— ¿Tienes hambre?— pregunto a la vez que le paso una mano por su pelo hasta llegar a la nuca.

Él asiente con la cabeza mientras clava la mirada en mis ojos.

— Pero hoy te has portado un poco mal, ¿no crees?

— Venga pequeña, solo te he besado y solo estaban estos.

— Pero sabes que no me gustan los afectos en público, por lo menos sin avisar.

— Pero son los chicos, no son extraños.

Le aparto la mirada, se que no se lo he dicho a él, y no quiero sacar el tema, no quiero que piense que estoy todo el tiempo pensando en que han tenido una relación antes de estar yo con él.

— ¿Por qué te molesta tanto delante de ellos? No lo entiendo— dice mientras se sienta a mi lado.

— No es que me moleste, es que se me hace extraño.

— Pero tiene que haber razones por las que sea así.

Claro que las hay Leo, pero no te las puedo decir, no quiero que pienses que me estoy comparando con ella.

— Sam ¿pasa algo?— me mira preocupado.

En que puto momento hemos pasado de estar más calientes que el yo que se qué, a estar hablando como si fuéramos a romper.

— ¿Quieres hablar de algo?— vuelve a preguntar.

— No pasa nada— miento.

— Pequeña, sabes que a mí no me puedes mentir, así que suéltalo ya, va a ser mejor.

Su mano va a mi mejilla y me gira la cara para mirarlo. No digo nada pero lo único que hago es sostenerle la mirada.

— No será que te vuelves a ir ¿verdad?

Lo miro sorprendida y niego rápidamente con la cabeza. Seguido él suelta un suspiro antes de volverme a mirar.

— Dime que pasa— dice en un tono suave.

— No quiero que las cosas sean incómodas— me mira confuso—. Se que en el pasado Clara y tú tuvisteis una relación.

— Sí, pero ¿eso qué tiene que ver?

— No quiero que porque nosotros estemos besándonos enfrente de ella la cosa se vuelva incómoda y vaya todo mal— confieso.

Él me mira sorprendido y sonrie cuando sus ojos encuentran mis ojos.

— A ver como te explico esto apra que se te meta en la cabeza, lo mio con Clara se quedó en el pasado, lo dejamos por mutuo acuerdo, y somos amigos, ninguno siente ya nada por el otro, eso te lo puedo asegurar.

— Me puedes asegurar tu parte, pero no la suya— digo en cuanto escucho eso.

— Hablé con ella en su día, ya te lo dije, a ella le parecía genial, eres su amiga y es mi amiga, no se va a poner incómoda por el simple hecho de que dos amigo estén siendo felices juntos.

— Pero lo de esta mañana...

— No te preocupes, eso es porque está amargada por ser tan temprano.

— ¿Me lo prometes?

— Te lo juro.

Él se acerca a mí algo más hasta que acorta el espacio que queda entre nosotros con un beso.

Me agarra de los muslos y me sienta en su regazo sin separar su boca de la mía.

— ¿Cama o ducha?— dice entre los besos.

— Ducha— digo lo más rápido que puedo para volver a pegar sus labios con los mios.

No tarda mucho en levantarse del sofa sin despegarme de él y a su vez indicarme con sus manos que rodee su cintura con mis piernas.

Sus manos van a mi culo en cuanto tiene oportunidad.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora