Capítulo 46

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Sam

Noto como Leo se mueve algo más junto a mí y noto como la cama se hunde con su peso. Él no tarda en pasar un brazo sobre mí y meter su cabeza en el hueco de mi cuello atacando con sus besos y provocándome cosquillas.

— Leo, para, por favor, me haces cosquillas— digo entre risas lo más bajito que puedo.

— Feliz Navidad pequeña— dice en cuanto aparta su cara de mi cuello y me mira.

— ¿Ya es Navidad?— pregunto algo confusa.

¿En qué momento? Hace pocos días vinimos y ya es Navidad.

Mi cara de sorpresa y la pregunta hace que Leo me mire algo confuso.

— ¿No lo recordabas?

— Nop— Leo se echa a reir.

— Si ayer estuvimos cenando todos juntos por algo.

— Pensaba que había sido producto de mi sueño, no te rías— digo a la vez que le tiro un cojín a la cara, pero él lo consigue atrapar.

Él se lanza a abrazarme y a atacarme con sus besos.

— Leo, vas a hacer que despierte a todo el mundo, para, por favor para— le suplico entre risas.

— ¿No me vas a felicitar la Navidad?— pregunta quedándose quieto un momento.

— Si me sueltas sí.

Leo me suelta y levanta las manos para asegurarse de que me ha soltado.

— Feliz Navidad— digo a la vez que me acerco a él y lo beso.

Él no tarda mucho tiempo en poner sus manos en mi cintura y en mi cadera y tumbarme en la cama de nuevo sin dejar de besarme.

Noto como él mete su mano a través de mi camiseta y su piel fría hace contacto con la mía. En ese momento alguien llama a la puerta.

— Chicos es hora de levantarse, hay que abrir los regalos— es Grace.

Leo se separa de mí mientras se ríe.

— Recuérdame que la próxima vez nos despierte antes.

Lo aparto de encima mía para poder levantarme y él se tira de espaldas a la cama.

— Tu madre nos está esperando.

— Ya voy...

No tarda mucho en hacerme caso y bajar detrás de mí.

— Qué bien que ya estáis despiertos— dice su madre.

— Feliz Navidad— decimos Leo y yo a la vez.

— Feliz Navidad chicos, es hora de abrir los regalos.

Leo me toma de la mano y me lleva al sofá con él. Empezamos a separar por montoncitos.

— Bueno Sam, no sé como abriréis los regalos en tu casa, pero aquí vamos uno por uno e intentamos adivinar quién nos lo ha regalado. Que empiece Leo con sus regalos y así ves como hacemos aquí las cosas.

Mientras algunos abren sus regalos yo no suelto mi teléfono. Aunque no me hable con mi madre, no significa que no me vaya a llamar para felicitarme la Navidad, o eso espero.

— ¿Estás bien?— dice Grace a la vez que se acerca a mí.

La miro sin saber que decir y rápidamente asiento.

— Sí, estoy bien, no pasa nada— saco una sonrisa lo más sincera que puedo.

— Si pasa algo puedes contármelo.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora