Sam
Mañana empezamos las grabaciones, han sido tres meses de duro trabajo entre las clases, el vestuario el estudio del personaje, pero a la vez ha sido increíble. Tengo ganas de saber como va a ser grabar la serie pero a la vez eso significa comenzar el último curso de universidad y tener que coordinar las prácticas junto con el rodaje.
A Leo lo he notado bastante preocupado en este tiempo, también lo he notado algo distante cuando salimos a la calle, casi no salimos de casa si no es con el resto.
El timbre de casa suena y no tardo en reaccionar e ir a abrir.
— Hola pequeña— dice Leo con una pequeña sonrisa.
Una sonrisa tonta aparece en mi rostro, lo que hace que me apetezca abofetearme la cara ante mi reacción.
Leo da un paso acercándose a mí, sus manos van a mi cintura y con ellas me pega a él. Me mira fijamente mientras sonrie. No puedo evitar bajar mi mirada a sus labios y fijarme sobre todo en su piercing, se puede notar como juega con él atrapando la parte interna con los dientes o dandole vueltas con la lengua.
— ¿Nerviosa?— pregunta a unos centímetros de mi boca.
Niego con la cabeza haciendo un ademán de acercar mi boca más a él.
— ¿A caso debería estarlo?— digo divertida.
Él acorta la poca distancia que hay hasta pegar sus labios a los míos sin contestar a mi pregunta, aunque no me extraña que no haya contestado, no se que me esperaba.
Sus manos empiezan a deslizarse bajo mi ropa, sus manos frías rozan mi piel y hace que me recorra un escalofrío por todo el cuerpo.
— Vamos al cuarto...— digo entre besos.
No tarda en cargarme y llevarme hasta mí cuarto. Cierra la puerta sin bajarme pero pega mi espalda a la pared, dejándome entre él y la pared con mis piernas alrededor de su cintura.
***
Ambos estamos en la cama tumbados, paso mis dedos suavemente por su torso, llendo de arriba a bajo.
— Leo...— comienzo a decir.
Doy media vuelta para mirarlo a la cara, mueve el brazo que tenía bajo mi cabeza para acariciarme con su mano la parte superior del brazo. Antes de que pueda poner la mano sobre mi piel, agarro su mano y empiezo a jugar con sus dedos.
— ¿Estás bien?— pregunta preocupado.
Aparto mi mirada.
— ¿Pasa algo entre nosotros? Me refiero a algo malo.
Leo me mira sorprendido antes la pregunta.
— ¿De dónde sacas eso?
— Ya casi no salimos de casa los dos solos... Siempre vamos con los chicos, cada vez que salimos a la calle eres frío conmigo, no sé es extraño, te comportas de forma extraña.
Pone su mano en mi mejilla y pasa el pulgar suavemente rozando esta.
— Hay una razón para ello, igual no es la mejor pero hay una explicación para todo mi comportamiento.
— Pues quiero escucharla— exijo.
— Puede que tú no estés acostumbrada a las cámaras, la prensa, los fans... pero llega un momento en el que todos ellos son agobiantes— lo miro confusa—. Cuando yo salía con Clara... lo hicimos público, hicimos pública nuestra relación y fue uno de los errores más grandes que pude haber cometido.
— ¿Qué tiene que ver eso conmigo?
— La prensa se metía en nuestra relación como podía, intentaban siempre buscar alguna excusa para que nosotros peleáramos, intentaban buscar imágenes antiguas nuestras con otras personas para hacernos daño. Los fans empezaron a decirle cosas a Clara, cosas que no quieres que le digan a nadie. Arruinaron todo, pero gracias a eso ahora estoy contigo y no quiero que pase lo mismo, por eso no quiero salir casi, no digo nada y cuando salimos a la calle soy tan frío contigo, no quiero que los medios de comunicación, los fans y todo el mundo arruine lo que tenemos. Me costó mucho convencerte de que tuviéramos algo serio, no quiero echar a perder todo mi esfuerzo.
— Pero si hay confianza no nos tendríamos porqué separar.
— La cosa es que no quiero que sufras todo lo que sufrió Clara al salir conmigo, mis fans son un poco críticas en cuanto a las relaciones que tengo. No quiero que te frían a comentarios horribles.
— Lo entiendo, tú llevas más tiempo en esto así que eres el que sabe, te haré caso...— digo un poco desilusionada.
— Bueno, pero ya sabes lo que dicen el que come callado repite— dice divertido causandome una pequeña risa.
— Eres bobo— giro su cara hacia el otro lado.
— Tú me haces ser así, me derrites con tu mirada— pongo los ojos en blanco—. Siento no haberlo contado antes y tener un comportamiento extraño.
Se incorpora lo suficiente para besarme, un beso lleno de paz.
ESTÁS LEYENDO
¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...