Capítulo 57

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Leo

Soy consciente de que desde que dijimos lo que pasaba entre nosotros cada vez que nos ven por algún lado comienzan a hacernos fotos y somos el cotilleo de la semana, y ya sin en una semana no nos ven juntos... parece que lo hemos dejado.

Se que a Sam no le queda mucho en las prácticas y eso me alegra ya que se podrá enfocar en lo que ella quiera en cuanto las acabe.

Se que está bastante estresada, acaba comiendo en el trabajo antes de venir a las entrevistas, y sabe que eso no es sano, y no le da tiempo ha nada...

— Pequeña— digo cuando me giro en la cama para despertarla.

Ella no reacciona por el momento pero en cuanto la abrazo se despierta.

— ¿Qué pasa? — dice sin apenas abrir los ojos.

— Hay que prepararse para irse...

— Sí, cierto.

Cuando se va a levantar de la cama le agarro del brazo y la vuelvo a atraer hacia mí.

Ella se sorprende y se queda mirándome con los ojos abiertos.

— ¿No decías que teníamos que prepararnos?

— Sí, pero hay tiempo... he calculado el despertarte para que nos diera tiempo...

Se acomoda encima mía mientras se sienta sobre mi cadera... Lo que me provoca...

— Así que estás juguetona...

— Yo solo me he sentado bien— dice con una sonrisa malvada...

Me apoyo sobre mis manos para levantarme y acerco mi cara a la suya. Suelto uno de mis brazos la agarro por la cintura y la dejo caer conmigo sobre la cama de nuevo...

Comienzo a besarla lentamente...

Ella comienza a bajar sus manos por mi tronco hasta agarrar el comienzo de mi pantalón...

***

No tardamos mucho en llegar al sitio en el que tenemos la entrevista, hay mucho movimiento de gente. La gente camina sin mirar por donde vá y me llevo más de un golpe sin darme cuenta.

Al entrar en los camerinos suelto un suspiro, al fin puedo respirar con tranquilidad.

Leo me ve y se acerca a mí.

— Pequeña— llama mi atención—. ¿Estás bien?

Yo asiento con la cabeza y él me da un beso en la frente para intentar calmarme.

— Vamos a ver el vestuario todos— escuchamos de fondo.

Me dirijo hacia mi camerino para cambiarme y probarme las distintas prendas que me han dejado.

Hay varias prendas colgadas para probarme, lo primero que cojo es un pantalón vaquero y una camisa corta de un tono verde claro.

Ada no tarda en venir a ver que tal la ropa, y al verme frunce el ceño.

— Muy casual para esto...— mira todas las prendas y agarra dos— pruebate esta falda y este top y después te pones esa chaqueta por los hombros.

Hago lo que me pide, es una falda negra larga con una apertura en el lado derecho y un top tipo banda que casi no me tapa las tetas, también es negro...

Me pongo la chaqueta gris me miro al espejo. No reconozco a la persona que se refleja, paso mis manos por mi tripa, no me siento cómoda con esto.

Ada vuelve a aparecer y niega con la cabeza pensativa al verme.

— Mmmm no, mejor ponte las medias negras, la falda corta negra, el top ajustado azul y los tacones negros.

Le vuelvo ha hacer caso aunque me sigo sin sentir cómoda con esta ropa.

— Esto sí— exclama Ada al abrir la puerta—. Ahora a maquillaje y a peinar y estarás lista.

Le hago caso y no tardo demasiado tiempo en estar lista ya que el peinado es bastante simple con un pequeño recogido de un par de mechones haciendo una especie de diadema con dos trenzas pasadas de un lado al otro de mi cabeza y dos mechones rizados que caían cada uno por cada lado de mi cara.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora