Sam
— Llámanos en cuanto llegues allí— dice mi madre y yo simplemente asiento—. Ten cuidado y se feliz allí.
— Lo tendré mamá.
— Mi niña pequeña...— dice mi padre antes de darme un último abrazo.
— Papá tengo veinte años, no soy tan pequeña...— digo a la vez que pongo los ojos en blanco.
Cuando me separo de él mi madre me coge de las manos y me obliga a mirarla a los ojos.
— Sam, se que no me parecía bien la idea de que te quedaras en otro país sola, con tan solo veinte años, pero creo que es hora de que lo acepte y espero que seas muy feliz, que te cuides y que vengas a visitarnos de vez en cuando— mientras habla, lágrimas se desprenden de sus ojos y el ver eso hace que mis ojos se inunden.
— Creo que va a ser mejor que me vaya ya, tengo que llegar a coger el vuelo.
Me despido una última vez de mis padres y me alejo a través del aeropuerto.
El camino se hace largo hasta llegar de nuevo a Los Ángeles. Pero al llegar pido un taxi para llegar a casa y poder descansar junto con el resto de los chicos.
Al bajarme del taxi puedo me quedo mirando la puerta antes de entrar al edificio y encaminarme hasta mi piso. Con forme va subiendo el ascensor mis lágrimas van callendo por mis mejillas.
Cuando estoy delante de la puerta cojo aire antes de introducir la llave y abrir. Como me esperaba Leo está dentro y viene corriendo al escuchar la puerta abrirse.
— ¿Amor? — dice sorprendido al verme.
— Me esperaba una mejor reacción— digo como puedo entre risas a la vez que dejo las llaves sobre la encimera.
Tras eso se rie y viene a abrazarme, levantándome del suelo y al ir a besarme se da cuenta y aún sujetándome con un brazo me limpia las lágrimas qué aún permanecen en mi rostro.
— ¿Por qué no me has avisado para que vaya a por tí al aeropuerto? — dice sin soltarme y acomodándome entre sus brazos.
— No quería molestar...
Me mira con cara de que soy una cansa con ese tema y me lleva a la habitación dejándose caer sobre la cama conmigo encima.
— Sabes que no molestabas... Es más me hubiera gustado ir por tí...
Intento apartarme de encima de él pero no me deja.
— ¿Me vas ha hacer algún día caso? — pregunta entre risas.
— Déjame pensarlo... No...
Tras eso consigo tumbarme a su lado y poder mirarlo y olvidarme de todo llo que me rodea.
— No me has llamado estos días... — dice a la vez que juega con mis dedos.
Escondo la cabeza a la vez que aparto la mirada y mi sonrisa desaparece de la cara.
— No he tenido tiempo... He tenido que hacer muchas cosas en casa como para llamarte...
— ¿No podías llamarme o no querías molestar por estar mal?
— No quería molestar...
Leo respira hondo antes de que pueda decir nada más. Por un minuto pienso que me va a gritar por ello pero lo que hace es acariciar mi cara y besarme...
Echaba de menos tanto esto, estos momentos con él, sus besos, la paz que me da... Me siento bien con él.
Cuando acaba el beso lo miro a los ojos y lo abrazo acurrucándome lo máximo posible en su pecho y él me devuelve el abrazo.
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¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...