Capítulo 56

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Sam

Tras un par de días ya me siento con fuerzas para poder seguir adelante con todo el trabajo de la serie y las prácticas. No es facil la vuelta a la normalidad, pero intento que se me haga lo más llevadero posible, aunque eso también lo intentan el resto, sobre todo Leo y Álvaro...

Cuando me levanto de la cama para prepararme para irme a las prácticas veo que Leo no está a mi lado en la cama, así que voy a la cocina y lo encuentro mirando a través del ventanal el amanecer con una taza de café en la mano.

Me acerco a él y lo abrazo por detrás.

— Buenos días— me dice mientras se gira hacia mí.

Me abraza y me besa la cabeza.

— Buenos días

— ¿A qué hora empiezas hoy las prácticas? — pregunta sin dejar de abrazarme.

— A las siete y media y aún me tengo que preparar...

— Ve a prepararte, te hago el desayuno de mientras y después te llevo... — me dice mientras me mira a los ojos.

Eso me saca una sonrisa y lo beso antes de separarme de él e irme.

***

Cuando salgo del cuarto ya preparada, Leo ya me ha hecho el desayuno y pasa por mi lado en el pasillo para ir al cuarto a vestirse.

— Disfruta del desayuno— me dice en cuanto se mete al cuarto.

Yo me río y voy a la cocina a desayunar.

No tarda mucho en venir a la cocina ya vestido.

— Qué rápido— comento mientras desayuno.

— Sabes que no suelo tardar mucho en vestirme...

— Ni en desvestirte tampoco...— susurro.

— ¿Qué has dicho? — dice riéndose.

Yo bajo la cabeza y sigo comiendo, intentando no mirarle y que se de cuenta de que estoy roja como un tomate.

No tardo demasiado en acabar de desayunar así que tras guardar todo cogemos los cascos de la moto y Leo me toma de la mano para salir de casa.

Vamos al ascensor cuando me arrastra detrás de él y me pega contra la pared del ascensor... Le da al garaje donde se encuentra la moto y yo me quedo mirándole a los ojos.

En cuanto se cierran las puertas del ascensor se pega a mí y me besa.

— Me tienes aquí para lo que necesites— dice separándose un momento de mis labios y mirándome a los ojos.

— Lo sé, y gracias...

— Soy tu novio, siempre voy a estar ahí

Me vuelve a besar hasta que se abren las puertas ya en el garaje.

Agarra mi mano y me vuelve a llevar por todo el garaje hasta llegar a la moto a su lado, sin soltarme.

Deja su casco sobre la moto y me quita el mío.

— ¿Me lo devuelves para que me lo pueda poner? — le pido.

— No— dice mientras lo levanta lo más alto que puede.

— Cómo odio que seas alto...

— Te lo voy a poner yo.

Baja el casco, lo deja sobre la moto, me aparta bien el pelo y vuelve a coger el casco. Con cuidado me lo pone y me levanta la cabeza de la parte de la barbilla para poder atarlo.

— Gracias— digo cuando acaba.

Él no tarda en ponérselo y en cuanto arranca la moto yo me subo detrás suya.

***

Tras un rato llegamos a mi destino y me bajo de la moto.

— Gracias por traerme— digo nada más bajarme de la moto.

— Ven, me quiero despedir bien— dice mientras él se quita el casco.

Se le ve tan sexy el pelo revuelto por el casco...

No tarda mucho más en acercarme y besarme para despedirse.

***

La horas que estoy ahí metidas se hacen eternas, pero al fin ha llegado la hora de salir.

Nada más salir por la puerta veo que Leo está esperándome en la entrada así que rápidamente me pongo el casco y me subo en la moto.

— Pensaba que nunca ibas a salir— comenta.

— Sí, ha sido un poco largo el día...

— Pues vámonos a casa a descansar.

No tardamos mucho en llegar a casa y en cuanto dejo el bolso en el suelo me dirijo a tumbarme en el sofá.

Antes de que pueda caer en él Leo me agarra del brazo me pega a él giramos sobre nosotros mismos y cae él primero sobre el sofá y yo encima de él.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora