Sam
Estoy algo nerviosa, no voy a mentir, aunque sigo enfadada con mis padres quiero darles las gracias por tener confianza en mí y que me dejen quedarme aquí.
Estamos en el ascensor Leo está frente a mí pero ninguno dice nada. Creo que puede percibir que estoy nerviosa ya que no paro de mover la pierna y jugar con mis dedos.
— ¿Se lo vas a contar a tus padres?— pregunta Leo rompiendo el silencio.
— No lo sé, quiero contárselo pero igual prefiero esperar un poco más, no sé, se cual va a ser su respuesta y no quiero que se arruine la noche...
— Pero algo les alegrará.
Dudo mucho que les alegre saber eso, a parte aún no sé si me van a pagar algo durante este año o van a seguir con su mentalidad del principio aunque me dejen quedarme aquí.
Veo a Leo avanzar hacia mí.
— ¿Por qué te da tanto miedo hablar con tus padres? Son tus padres— dice justo cuando está a un solo paso de mí.
— Supongo que aunque siempre he sido la hija buenita, nunca he tenido una buena comunicación con ellos.
Él me abraza sin dudarlo y justo cuando se abren las puertas toma mi mano y tira de mí hacia mi casa.
— Pase lo que pase sabes que yo voy a estar a tu lado ¿no?
— Sí, pero no sé si realmente quiero sacar ese tema con mis padres o por lo menos no ahora mismo.
— No diré nada si no quieres.
— Gracias, ahora entremos antes de que me arrepienta y eche a correr por ese pasillo— digo mientras señalo el largo pasillo del edificio.
— No te voy a dejar y lo sabes, te tengo, así que no puedes escapar— dice señalando nuestras manos unidas.
En cuanto salgo las llaves mi pulso empieza a temblar, así que Leo me las quita y él es el que abre la puerta.
— Hola— digo en cuanto entramos—. Ya hemos llegado...
Mi padre, como casi siempre, está sentado en el sofá y a mi madre no soy capaz de verla.
— Hola papá, ¿donde está mamá?— digo mientras me acerco a él.
Cuando estoy lo suficientemente cerca de él lo abrazo y él me devuelve el abrazo. Leo se queda detrás mía y cuando yo me separo él extiende su mano hacia mi padre.
Supongo que aunque ya lo conoce solo quiere dar una buena impresión.
Mi padre aparta la mano y lo abraza, cosa que lo pilla por sorpresa.
— No hace falta que seas tan formal— le dice mi padre sin soltarlo.
Me río en silencio al ver la cara de Leo.
— Papá... creo que ya es suficiente— digo mientras los separo.
— Lo siento, pero es la primera vez que nos presentas a alguien.
Sí, es cierto, Leo ha sido el primero que les he presentado, el resto de situaciones que he tenido con chicos no eran nada serio y no me parecía adecuado decirles nada.
— En parte me alegra que Sam tenga a alguien aquí que la cuide— comenta mi padre poniendo una mano sobre su hombro.
— Me se cuidar sola— recalco y mi padre se ríe.
— Cariño eres muy torpe, necesitas que alguien te cuide.
Resoplo y me voy a buscar a mi madre, dejando a mi padre y a mi novio solos en la sala.
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¿Y Si Tienen Razón? #2
Teen FictionSam no se esperaba la noticia que le darían sus padres al llegar a Miami tras el año que ha pasado en Los Ángeles. No sabe a lo que se va a tener que enfrentar este nuevo curso que comienza pero sabe que no va a ser fácil, y más sin el apoyo de sus...