Capítulo 45

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Leo

Sinceramente, prefiero que Sam le explique todo lo de su vida en otro momento, por mucho que sea por cualquier otra cosa, no quiero que mi madre piense que tiene problemas con su madre por mi culpa. Cosa que creo que no es así.

Estoy en la cocina ayudando a mi madre con la cena cuando Sam baja con uno de los pijamas de pelo que se ha comprado hoy. Está con el pelo un poco húmedo y con unas zapatillas de casa adorables.

— ¿Necesitáis ayuda?— oigo que pregunta a la vez que se acerca a mí.

— No, tú eres la invitada aquí— noto pasar por detrás mía a mi madre—. No te voy a dejar que hagas nada, así que si quieres te sientas y hablas con nosotros, pero no vas a hacer nada.

Mi madre lleva a Sam a una silla y la hace sentarse en ella. Sam me mira pidiendo ayuda y yo solo puedo reirme.

— Mi madre manda en esta casa— digo mientras levanto las manos haciéndome el inocente.

— Eso es, yo mando y no te voy a dejar hacer nada, o por lo menos, no gran cosa— dice mientras se ríe.

Me sorprendo al escuchar unas llaves en la cerradura y no tardo en girarme y mirar la puerta de la entrada.

— Tranquilo, es tu hermana— dice mi madre.

Genial, pensaba que íbamos a tener algo más de paz.

— No sabía que venía.

Miro hacia Sam que me mira con los ojos bien abiertos, para ella también ha sido una sorpresa, y la verdad que no me extraña, se como fue su último encuentro. Natalia no sabe nada de que Sam ha vuelto y de que vuelvo a estar con ella. Se que le puede decir algo a mi madre si no le paro antes los pies, o al menos si no se lo explico yo antes.

En cuanto entra puedo ver su cara de felicidad al verme.

— ¡Hermanito!— dice nada más cerrar la puerta.

— Natalia, hola, no sabía que ibas a venir— digo antes de mirar hacia Sam.

En cuanto Natalia se acerca y puede ver a Sam, no tarda en mirarla algo mal.

— No sabía que traías compañía— me dice mirándome a la vez que levanta una de sus cejas.

— Sí, he venido con Sam.

Ella no tarda en levantarse de la silla y venir junto a mí. Busco su mano para tomarla y asegurarme de que sigue a mi lado.

— Cuanto me alegro de verte— dice con un pequeño tono de sarcasmo, suficiente para que lo notemos nosotros pero no mi madre.

— Es la novia de tu hermano.

— Ya se, ya la conozco mamá.

Mi made sigue con los preparativos de la cena y yo me giro hacia Sam.

— De verdad, que no sabía que iba a venir hoy a cenar.

— No te preocupes.

— Ve arriba, al cuarto a estar tranquila, así puedes descansar algo más.

Ella asiente y se va.

— No sabéis lo que echaba de menos teneros aquí a los dos por Navidad— dice mi madre abrazándonos.

— Encima me encanta que hayas traído a tu novia, al igual que hace Natalia trayéndose a su novio, así nos podremos conocer todos mucho mejor.

Si ella supiera lo que hizo Natalia cuando conoció a Sam, no diría lo mismo, o al menos hubiera hecho que se cruzaran mucho menos.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora