Capítulo 42

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Leo

— Sabes que, sigo asombrada de que Sam tomara la decisión de escaparse de casa— dice Lucía al otro lado del teléfono.

Sigo hablando con Lucía cada poco tiempo, Sam está ocupada entre la universidad y el trabajo, así que soy yo quién pone al día a Lucía con algunas cosas. Ya es costumbre que estemos hablando.

— Sam me comentó algo que le dijiste cuando volvió a España, pero que no entendí bien.

— ¿El qué?

— Dijo como que le habías dicho que ahora ella podía unir al resto del grupo, que os habíais separado porque ella se había ido y ha dicho más de una vez que le gustaría saber si volvéis a estar bien o no.

— Es un tema complicado, todas somos complicadas, cada una tiene su vida y no todas hemos acabado muy bien nuestra amistad. Pudimos estar un par de días bien cuando Sam estaba con nosotras, pero las cosas se volvieron a torcer.

Es increíble como Sam puede hacer que varias personas se unan y no discutan.

— Tampoco la vamos a obligar a venir y que lo arregle. Ella tiene su vida y ha elegido ir allí, contigo.

— Y se lo agradezco, pero quiero hacer algo por ella, no quiero que esté mal, porque se que aún estando aquí y haber hablado con sus padres... se sigue preocupando por lo que piensen, se sigue sin hablar mucho con su madre...

— ¿Tienes algo pensado?

— Sí, había pensado en hacerle un regalo para ir a casa, ahora en las vacaciones de navidad, pero estamos con la promoción de la serie y no nos podemos ir tan lejos, por desgracia.

— Eso lo podéis dejar para otro momento.

— ¿Crees que un viaje, por aquí cerca le gustará?

— Sam estará encantada con cualquier cosa, pero me tienes que prometer que la vas a traer en algún momento—

— Sí, sí tranquila, volverá y yo iré con ella y así conozco donde ella creció.

— No prometo que no discutamos— dice Lucía mientras se ríe.

— Bueno voy a mirar algún viaje interesante.

— De acuerdo, ya me contarás con lo que decidas.

Me siento en el sofá y me pongo a pensar en lugares a los que podemos ir.

Miro en el calendario las fechas que tenemos libres y veo un poco de tiempo libre, suficiente para irnos y volver a algún sitio relativamente cercano.

Agarro el ordenador y me pongo a buscar algunos destinos que nos puedan interesar a los dos para visitar.

Tras un rato buscando se me ocurre algo que puede estar bien para los dos y a mi me encantaría visitar ese lugar.

***

Sam

— No puedo más— digo mientras me dejo caer en el sofá al lado de Leo.

Escucho como se ríe.

— Al menos enseguida comienzan las vacaciones.

— Pero aún así tenemos algunas entrevistas para la promoción de la serie— digo con un tono de cansancio notable.

— Bueno hay como una semana que no tenemos que hacer nada, si te sirve.

Lo miro confusa y miro el calendario.

Es cierto, hay como una semana que no tengo nada que hacer, al fin, descanso.

— ¿No te habías enterado?— niego con la cabeza y una sonrisa se forma en su cara.

Se me queda unos segundos mirándome casi sin parpadear.

— Tengo una sorpresa para tí— dice finalmente.

— Ay Dios, tengo miedo.

— No lo tengas, es algo bueno.

Lo miro confusa de nuevo y me paso una mano por la cara a modo de desesperación.

— He pensado que esa semana podríamos aprovechar a hacer un pequeño viaje, los dos juntos. Si te parece claro.

Un viaje, juntos, los dos, no suena mal. A mis padres les va a dar algo en cuanto se enteren.

— ¿Y a dónde a pensado el chico?

Se incorpora un poco acercándose más a mí.

— Pues al principio tenía una opción pero era un viaje muy largo como para hacerlo en una semana, así que he pensado en otro destino.

— ¿Y cual es?— pregunto intrigada.

— El primero era ir a España, pero el tiempo no da, así que he pensado en que podríamos ir a Minnesota.

— ¿Con tus padres?— digo algo asombrada.

— No del todo, tengo aún un apartamento allí, en el que no vive nadie, estaremos ahí, pero, en sí, si que quiero que conozcas a mis padres. ¿Te parece bien?

Tardo un momento en reaccionar y abrazarlo.

— ¿Tu crees que les caeré bien?

— Sabes que es difícil que tú no caigas bien a alguien ¿verdad?

— Al principio no te caía bien.

— Nunca he dicho eso— protesta Leo.

— Me llamaste maleducada, no creo que te cayera muy bien.

— Solo por una discusión uno de los primeros días no significa que me cayeras mal, de echo me pareciste demasiado adorable mientras hablábamos y por eso, al irte por un momento, te llamé maleducada.

Me da un pequeño beso en los labios.

— Pues yo estaba muy enfadada— protesto.

— Ya ví.

Lo miro fijamente a los ojos antes de que empiece a hablar.

— Te enseñaré el pequeño pueblo, pero eso sí, me tienes que prometer que no le harás ni caso a mi hermana, está por allí siempre.

— Tu hermana...

La verdad, creo que se me han quitado un poco las ganas de ir.

— Tranquila solo estaremos con ella en las cenas, el resto del tiempo no estará con nosotros.

¿Y Si Tienen Razón? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora