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Golpeé suavemente la puerta de su habitación esperando una respuesta de su parte, al no obtener ninguna lo volví a intentar un poco más fuerte pero tuvo el mismo resultado por lo que decidí entrar, él estaba sentado en el sillón de mamá mirando por la ventana mientras abrazaba al oso fuertamente contra su pecho. Suspiré forzándome a contener las lágrimas, nunca lo había visto así, el siempre ha sido la persona más fuerte que he conocido, es mi héroe, el pilar de esta familia, sé que se equivocó pero es mi papá y lo quiero. Me acerqué tragando el nudo en mi garganta y me agaché a su lado.

–¿Papá?-llamé su atención y tomé su mano acariciándola con mi pulgar–Alice me dijo que no habías querido salir de aquí desde ayer-musité pero solo se quedó mirándome sin decir ni una palabra–¿por qué papá?¿es por mi culpa? Yo estoy bien, mírame-reí sin ganas–no tienes por que estar así-la primera lágrima se deslizó por mi mejilla.

–Si no quieres que esté así entonces no vengas más por aquí-habló en un tono ausente–el día que te perdí en esa apuesta firmé la centencia de muerte de esta familia, que estés cerca de nosotros solo nos pone en aún más peligro, una vez que salgas por esa puerta estarás muerta para esta familia-volvió su vista a la ventana y las lágrimas se volvieron cataratas saliendo de mis ojos.

–¿Qué ocurre? A mamá no le gustaría que termináramos así, ustedes nos educaron con el concepto de que la familia es lo más importante-me puse de pie con rapidez sintiéndome ligeramente mareada por el repentino movimiento–No puedes estar hablando enserio, dime que no es verdad-supliqué conteniendo mis sollozos.

–Lo es Roseanne, después de que tu madre murió las cosas no estuvieron bien lo sabes y ahora con lo que ocurrió con Manoban nos hemos hundido aún más, no existe ni la más mínima posibilidad de que sigas en contacto con nosotros, y te exijo que tampoco te acerques a Joy, solo estarías poniéndola en peligro, desde hoy eres huérfana y llévate este maldito muñeco también-lanzó el peluche al suelo, lo recogí con cuidado y salí de la habitación sin mirar atrás, bajé y me acerqué a una de las paredes de la sala, cogí la fotografía frente a mi y acaricié el rostro de mi madre.

–Perdón mamá, no fui capaz de mantener junta a esta familia como te prometí, no entiendo por que papá me trata así y parece preocuparse más por Joy que por mi que soy su hija, Alice me odia, pareciera que me ha odiado toda su vida, te necesito tanto-me deslizé hasta quedar sentada en el suelo con la foto y el oso contra mi pecho, la extraño tanto, cuando me cantaba para dormir, cuando tenía una pesadilla y me dejaba dormir con ella y con papá, cuando íbamos al parque con mi hermana y Joy a jugar, ella era la luz de nuestras vidas. El llanto se hizo tan fuerte que la parte superior de vestido se empapó por completo, mis lamentos se escucharon por toda la casa y me pregunto si no le duele escucharme llorar, si no le duele haberme roto el corazón como lo hizo. Me puse de pie apoyándome en la pared y me di cuenta de que las maletas ya no estaban aquí, caminé a paso lento hasta salir del que por veinticinco años fue mi hogar, cerré la puerta detrás de mi y con eso también estaba cerrando los vínculos con mi pasado, entré al auto antes de que Manoban pudiera decir cualquier cosa y dejé mi cabeza contra el cristal de la ventanilla, el viaje de regreso se hizo aún más largo que el de ida, al llegar el auto de los pequeños ya estaba ahí e intenté disimular mis lágrimas para que no se preocuparan.

–¡Rosie!-Irene llegó corriendo a mi lado con los demás–¿Qué ocurre?¿por qué lloras?-limpió mis mejillas cuando me agaché a su altura.

–No te preocupes cariño, solo..tuve un problema con mi familia-conté dándole una sonrisa sin dientes.

–Está todo bien, somos tu familia ahora-me rodeó con sus brazos escondiendo su rostro en mi cuello.

–Entre nosotros hay un lugar más, claro si tú lo quieres-comentó Felix sonriendo.

–Como dijo la princesa, somos tu familia ahora, puedes contar con nosotros siempre-Jennie apretó mi hombro en señal de apoyo y asentí.

–Me encantaría ser parte de su familia, muchas gracias chicos, en este momento son lo único que tengo-mis labios temblaron por las lágrimas contenidas.

–Todos los que estamos aquí en algún momento estuvimos exactamente igual hasta que nos encontramos, así que bienvenida-el pequeño se encogió de hombros mientras me sonreía y Jen lo mataba con la mirada, hay tantas cosas que no sé de ellos, tantos secretos, tantas mentiras que hasta me da miedo descubrirlas y salir salpicada de ellas.

–Lleva las maletas a la habitación de la señorita Park-ordenó Lalisa a uno de los pocos empleados de la mansión–Estaré en mi despacho no me molesten-comentó y se perdió por el pasillo, la cara de los niños se volvió triste y volví a sentir ganas de matar a la imbécil de Manoban, limpié mi rostro con el dorso de la mano y sonreí.

–¿Les gustaría salir un rato?¿ir al centro comercial, al parque, a la tienda de videojuegos y por último ir por un helado?-les propuse moviendo mis cejas para hacerlos reir.

–¿Podremos comprar también uno de chocolate con menta para Lili?-inquirió Irene y morí de ternura, ella siempre preocupada por su hermana y la malagradecida de Lalisa tratándolos de esa forma tan fría–A Lili le gusta mucho, siempre lo come en la noche cuando cree que todos estamos dormidos-contó haciendo un puchero ¿quién es la verdadera Lalisa Manoban?¿la que describen sus hermanos o la mujer arrogante que me ha tocado conocer?

–Claro princesa, compraremos un helado para ella también.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora