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–¿Cuándo crees que se lo podamos decir? estoy ansiosa por traer a Jisoo a casa y que los pueda conocer a ustedes, quiero que sepa que voy enserio con lo nuestro-comentó Jen mientras nos dirigíamos a las habitaciones, se detuvo frente a su puerta y se giró para encararme–sé que soy jóven y pueden creer que solo es un capricho que se me pasará cuando lo tenga, pero no es así, yo enserio la quiero, ¿sabes qué es eso de imaginarte toda una vida con alguien, en los momentos lindos y en las peleas, en las cenas familares? eso es lo que siento por ella, seguro que sientes lo mismo con mi hermana-sonreí en forma de asentimiento y la envolví en un abrazo soltando un suspiro.

–Veré la forma de decírselo lo antes posible, pero no te prometo que será hoy, ni mañana, hay que tocar el tema despacio porque no sabemos que tan grande es la bomba que explotaremos-contesté separándonos–Nos vemos en la cena-terminamos adentrándonos en nuestros respectivos dormitorios. Dejé las cosas en el mueble y me lanzé a la cama boca abajo concentrándome en el olor a limón de las sábanas, sinceramente lo extrañaba aunque no hayan pasado más de dieciséis horas, lo último que recuerdo fue el sonido del motor del auto de Lisa encenderse y alejarse de la casa; me desperté con un terrible dolor de cabeza poco antes de la cena, tomé una pastilla y me detuve a observar el jardín desde la ventana, nada había cambiado físicamente desde que llegué, pero lo siento diferente, lo que al principio creí que sería mi peor pesadilla, mi infierno, hoy es lo mejor que me ha pasado, las personas que tendré siempre a mi lado, mi familia; una sonrisa tiró de mi cara al pensar en todos los momentos buenos y malos que he pasado en esta casa, mi forma de desafiar a Lalisa en los primeros días después de mi llegada, imposible haber imaginado que terminaría amándola de esta forma o que ella sería totalmente diferente a lo que normalmente muestra.

Bajé al comedor donde ya todos esperaban para cenar, ocupé mi lugar y comenzamos a comer–Deberías comer un poco de esto también Rosie, dice CL que esto tiene muchas proteínas y vitaminas que te ayudarán a ponerte bien rápidamente y nunca volver a enfermar-sugirió Felix dejando algo que no estoy muy segura de que sea comestible sobre mi plato, asentí probando un bocado y siendo sincera no estaba tan mal. Miré a la mayor quien tenía sus ojos fijos en la comida, la toqué con el pie por debajo de la mesa logrando que me mirara por unos segundos volviendo a clavar la sus ojos en los alimentos después, suspiré sin entender su repentino distanciamiento, quizás tiene que ver con la salida de este tarde, tal vez algún problema con los clubes la puso así. Sujeté su mano libre mostrándole una pequeña sonrisa demostrándole que no está sola, pero solo conseguí una mirada fría y un alejamiento brusco de su parte.

–¿Quién te compró ese collar Jennie?-por primera vez se escuchó su voz esta noche, todos fijamos nuestra vista en la pelinegra notando lo lejos que estaban sus palabras de la expresión de sus ojos; la nombrada me pidió ayuda con la mirada y sentí mi cuerpo temblar al no saber que decir, el estrés está volviendo a afectarme.

–Yo sé lo compré antes de que pasara todo ese desastre con mi padre y mi hermana, se lo tenía guardado y hoy me acordé darselo-saqué a relucir lo primero que cruzó por mi mente, creo que es una excusa bastante posible y aunque tal vez este era el momento para contarle sobre Jisoo, yo no estoy preparada para eso. Volteó a verme desprendiendo hielo con su mirada aún más gélida que antes, asintió levantándose de la mesa de un tirón gopeándola con el puño cerrado asustándonos a todos antes de enderesarce y hablarme.

–Ven a mi despacho ahora-dejó caer y se dirigió al lugar mencionado dejándonos con la palabra en la boca, me puse de pie y la seguí con más de una duda en mi cabeza, al llegar cerre la puerta luego de entrar y verla dando vueltas en un mismo sitio como león enjaulado–Irene vino muy emocionada hace unas horas y me contó sobre lo que hablaron esta tarde, sobre Kim Jisoo-dijo con sorna deteniéndose frente a mi, intenté acercarme pero se alejó poniendo sus manos entre nosotras–¿Cuándo me lo ibas a decir?-inquirió con las fosas nasales dilatadas, volví a intentar acecarme a ella para explicarle pero estalló antes de que pudiera pronunciar siquiera una palabra–¡Me mentiste en la cara Roseanne, ese collar se lo compró Kim!-se giró golpeando el escritorio, el corazón se me oprimió en el pecho cuando vi sangre corriendo por el dorso de su mano, tuve que reprimir mis ganas de correr a curarla, mas el dolor que le había causado es más profundo que una simple cortada, había traicionado su confianza que era lo más importante que alguna vez me hubo dado–¡¿Cómo podré confiar en ti otra vez? dime!-las lágrimas salieron de sus ojos mientras apretaba la mandíbula, tragué fuerte tragándome las mías.

–La familia siempre va primero sin importar cuanto se hayan equivocado, ellos son los únicos que te apoyarán cuando sea tu turno de equivocarte, los que te harán livianas las cargas de la vida y harán realmente felices e importantes los momentos de esta-sequé mis mejillas encogiéndome de hombros sin separar mis ojos de los suyos–los únicos que te amarán a pesar de tus defectos. Los que podrás dejar de ver durante años y reunirse un día de la nada dándose cuenta de que siguen igual, de que la relación sigue siendo la misma o más fuerte, que son simplemente el amor más puro que puede existir en la vida-sonreí terminando de calmar el ambiente y me acerqué a ella despacio rodeando su cuello con mis brazos después, pegó su frente a la mía sujetando mi cintura con sus manos–tú me lo enseñaste.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora