23

195 27 0
                                    

El ruido exterior me hizo volver a entrar en razón y aunque quise abrir los ojos a la primera estos se sentían demaciado pesados para lograrlo, sonreí al verlos a todos ahí mas me pareció extraño pues soy yo las que los despierta en la mañana y no al revés; se acercaron a mi en un santiamén y comenzaron a hablar al mismo tiempo evitando que pudiera entender cualquier cosa de las que decían, una repentina punzada en el lateral de mi cabeza provocó que hiciera una mueca de dolor.

–Niños silencio por favor-escuché a Lisa reclamarle a los menores para después tomar mi rostro entre sus manos y dejar un beso en mi frente–¿te sientes muy mal Chaeng?¿quieres que te traiga algo o qué llame al doctor?-la aflicción en su voz fue tanta que tuve que hacer mi mayor esfuerzo para mirarla fijamente a los ojos, desvié mi vista después a nuestro alrededor notando la gran diferencia entre mi habitación y el lugar donde nos encontramos, esta es fría, de un color blanco tedioso y sin ningún accesorio que la hiciera más cómoda o familiar, obviamente estamos en un hospital, pero siendo sincera no sé como llegamos aquí, lo último que recuerdo es que estábamos en el entierro de mi «familia», la pelea con la madre de Joy y después la tumba de mi mamá–Rosie ¿podrías decirme algo? cariño me estás preocupando-abrí la boca intentando contestarle pero nada salió, la pesades en mi cuerpo comenzaba a pasarme factura.

–Lili ¿ella estará bien?-la voz llorosa de Irene llegó a mis oidos haciéndome reaccionar otra vez, giré la cabeza en su dirección y vi a Jennie abrazándola a ella y a Felix–¿Esto fue porque no la cuidamos bien?-el pequeño musitó un «debimos cuidarla mejor ahora que somos su única familia».

–Hey, podremos hacerlo cuando regrese a casa, saldrá del hospital pronto y nos encargaremos de que no se vuelva a enfermar nunca más ¿verdad Lisa?-Jen también estaba al borde del quiebre y mi corazón no podía aguantar mucho más, mis ojos se volvieron a centrar en mi mayor que se había sentado en la cama y sonreí entrelazando nuestros dedos sobre mi regazo, ella se acercó y unió nuestros labios en un beso suave.

–Vaya, vaya, al parecer la paciente se encuentra mucho mejor-un doctor entró al cuarto insitando a mi novia a separarse, saludó a los Manoban con mucha familiaridad y después se detuvo a los pies de la cama leyendo una información en la tablilla–Así que, señorita Park según sus exámenes no ha estado durmiendo ni comiendo bien en los últimos días y por lo que me contó Felix también has estado bajo mucho estrés; debe saber que si sobrecargamos al cuerpo sin dejar que descanse o alimentarlo como debe ser pasan cosas como estas, cuando se termine ese suero podrá irse a casa pero tendrá que prometerme que se cuidará, porque a estas personitas que están aquí-señaló a mis acompañantes con una sonrisa–las conosco desde que eran pequeños y estuvieron realmente preocupados, por primera vez dejaron entrar en sus vidas a alguien que no lleva el apellido Manoban y si te escogieron a ti es porque algo especial han de haber visto, por lo que no me gustaría que por un simple descuido como este las cosas empeoren y te pierdan; porque eres conciente que un problema tan sencillo como lo es la mala alimentación y la falta de sueño pueden volverse algo complicado de tratar ¿verdad?-preguntó mirándome y asentí comprometiéndome a hacer todo lo que fuera necesario para recuperar mi salud–Entonces, espero no volverte a ver por aquí a menos que sea por una buena razón-después de esas palabras y antes de irse miró en dirección a Lisa haciéndola fijar su vista en mi y luego bajar la cabeza sonrojada.

–Lalisa-la llamé con la garganta rasposa, me ardíá un poco; llegó a mi lado ofreciéndome agua, la tomé y le agradecí–quiero irme a casa, no soporto más este colchón ni el olor a hospital, nunca me ha gustado-me quejé haciendo un puchero, estoy muy cansada y este no es el lugar ideal para descansar, me recuerda demaciado a cuando mi padre intentó hacerme quedar como loca frente a todos.

–Les daré unas instrucciones a Namjeon y a CL para cuado lleguemos a la mansión y así doy tiempo para que se termine el suero ¿te parece?-asentí cerrando los ojos mientras soltaba un largo suspiro, estos últimos meses han sido los peores de mi vida después de que logré estabilizarla, pero por más increíble que paresca también han sido los mejores, estoy aprendiendo lo que es el amor de verdad, lo que es estar rodeada de una familia que realmente me quiere y no una que simplemente me soporta porque no le queda otra opción–Ya todo está listo, ¿quieres qué te ayude a cambiarte de ropa o prefieres que lo haga Jennie?-indagó guardando su celular en el bolso.

–Tú-un ardor infernal se apoderó de mis mejillas al decirlo, más aún cuando me dirigió una mirada divertida y Jen sacó a los menores no sin antes dedicarme una sonrisa pervertida terminando de pisotear mi vergüenza. La pelinegra me ayudó a ponerme de pie y al quitarme la bata quedándome en ropa interior la intensidad con la que me miró fue tanta que me tuve que voltear para evitar ponerme a gritar; sus manos se posaron en mi piel causándome escalofrío, recorrieron mi cintura descansando luego en mi abdomen, su respiración chocó contra mi piel cortándome la mía, tragué fuerte cuando acercó su boca a mi oreja susurrando un «tienes un cuerpo precioso, no tienes nada de lo que avergonzarte» con el mismo impulso se separó y regresó con un vestido azul oscuro que debió haber pedido que trajeran cuando aún estaba dormida, me lo puse con las manos temblorosas con su ayuda para no caerme. Cogió el bolso y me extendió su brazo para que me apoyara en él.

–Vamos a casa mi amor, vamos a casa.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora