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–Al parecer no me hiciste caso-habló sin despegar sus ojos de los papeles en los que está trabajando cuando me paré bajo el marco de la puerta, verla trabajar es uno de mis pasatiempos favoritos en los últimos tiempos, pero a veces deseo que me mire a mi, solamente a mi, que por un momento yo sea lo más importante para Lisa. Respiré hondo y me quedé quieta en mi lugar sin saber que hacer ¿les ha pasado que toman una desición precipitada y cuando la están ejecutando se retractan, encuentras todos los fallos que antes pasaste por alto y te llenas de dudas, no sabes como continuar o si siquiera quieres hacerlo, pero ya estás ahí y no te puedes retirar?, no sé que decirle, no sé como empezar o si realmente quiero escuchar su respuesta. Me quedé viéndola trabajar tranquilamente, no le importa que yo esté aquí, es como si fuera invisible para ella, di media vuelta en mi lugar y me dispuse a irme pero su voz resonando en la habitación me lo impidió–Si no preguntas lo que quieres saber las dudas te carcomerán la mente y no podrás dormir por más que lo intentes, ni ahora ni durante el tiempo que pases sin preguntar-habló calmada provocando que girara para encararla pero Manoban seguía con su mirada pegada en sus papeles, contratos y facturas.

–¿Podrías prestarme atención aunque sea un momento?-exigí en un tono bajo apenada cruzándome de brazos a lo que solo se encogió de hombros.

–Que no veas que tengo mis ojos puestos en ti no significa que no te esté observando o prestando atención-aclaró dejándome sorprendida, parpadeé repetidas veces intentando entender a que se refería, abrí la boca para responder pero sus palabras me han dejado muda, totalmente en blanco y ahí fue cuando me vinieron a la memoria todas esas veces que ella sabía algo de mi, o mis gustos sin habérmelo preguntado, me di cuenta del cambio de su mirada hacia mi con el paso de los meses, que su forma de tratarme ya no es tan fría, que toma en cuenta mi opinión, sigue siendo una idiota arrogante, pero es una arrogante linda. Un escalofrío recorrió mi piel bajo el tacto de su mano en mi mejilla, sus ojos conectando con los míos me cortaron la respiración ¿cuándo se había acercado tanto?, acercó más su rostro hasta qué nuestros labios se juntaron y lo olvidé todo, solo puedo cocentrarme en la suave textura de sus belfos, su lejano sabor dulce invitándote a probar más a fondo, me rozó el labio inferior con su lengua y le di la bienvenida sin pensármelo ni un segundo, algo explotó en mi interior al sentir su calidez recorriendo mi boca, los músculos del vientre se me contrajeron y mis rodillas amenazaron en fallar pero Lalisa fue más rápida y me sostuvo de la cintura apretándome conra su cuerpo.

–Lisa, para ¡Lisa!-la aparté con los brazos sin dejar de apoyarme en sus hombros, si lo hago estoy segura que caeré, pero si no lo hago seguiré sintiendo mi piel quemar en donde se une a la suya. Mis ojos comenzaron a arder y las lágrimas nublaron mi vista, me hace daño y no se da cuenta, juega conmigo y con mi mente cuando lo único que quiero es estar con ella y decirle que la amo. Terminé por soltarme callendo de rodillas en el suelo y dejando a las lágrimas salir a su antojo, ya no puedo reprimir lo que siento, ya no lo puedo esconder y pretender que todo está bien, ya no puedo continuar con esto.

–Rosé yo es...-se agachó a mi altura sujetando mi brazo pero lo retiré bruscamente empujándola lejos de mi haciéndola caer.

–¡Tú nada, tú nada Lisa!¡Me estás haciendo daño, esto que siento me está haciendo daño y tú ni siquiera te das cuenta!-sujeté mis cabellos tirando de ellos hasta que mi cuero cabelludo comenzó a doler, mis sollozos llenaban la habitación, estoy desesperada, siento que me ahogo, que por más que nade no lograré llegar a la superficie, que lo mejor es rendirse y dejarse llevar por la corriente, pero los seres humanos no fuimos hechos para rendirnos, sino para continuar hasta el final sin medir las consecuensias, sin pensar que al final terminaremos más heridos de lo que ya estamos, que quizás nuestras ganas de desaparecer nos consuman de tal manera que terminaremos haciéndolo. ella se volvió aposicionar frente a mi y con sus manos sujetó mi rostro.

–Estoy enamorada de ti Rosé-y esa frase fue suficiente para dejarme en blanco otra vez, la voz se refugió en lo profundo de mi pecho donde el corazón golpeaba fuerte y veloz resonándome en los oídos, las cosas empezaron a darme vueltas mas no me sentí mareada, mi vista se mantuvo fija en ella, en cada una de sus delicadas facciones, en el marrón profundo de sus ojos, en el rosa pálido de sus labios, en su cabellera negra ligeramente desordenada y perfecta, en todo de ella, en lo visible y en lo invisible para el resto de los mortales, su cálida mirada, la suavidad con la que me toca, la ternura que solo se hace presente con sus hermanos y conmigo, en lo que realmente es y no en lo que les muestra al mundo.

–Yo también estoy enamorada de ti Lisa, aunque no debería estarlo, lo estoy-musité cerrando los ojos y aún así puedo sentir la arrogancia de su presencia, no necesitas verla para saber que está ahí, su fragancia se coló por mis fosas nasales sintiéndola cada vez más cerca comprobándolo cuando hizo presión en mis labios con los suyos.

–¿Quieres ser mi novia presiosa?-vi su sonrisa y todas mis dudas desaparacieron, respondió cada una de mis preguntas y la respuesta a la suya está más que clara en mi cabeza, podrían salir las cosas mal, podría afectarnos el pasado y presente de los Manoban, podría afctarnos su negocio y sus enemigos, pero ¿qué más da?, si no lo intentamos tampoco podemos saber si hubiera salido bien, susurré un pequeño «si quiero» acercándome lentamente a ella pero con un solo comentario me hizo perder mi determinación y soltar una carcajada–¿Desde cuando dejé de ser Manoban y me convertí en Lisa?

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora